Pollo Frito: El rap de las ciudades gemelas
Recuerdo que hace varios años durante el verano del 2002 realicé un viaje al sur de los Estados Unidos, como muchos mexas tengo familia en el enorme estado de Texas. Encontrándome en uno de esos suburbios gringos que lucen igual sin importar si estás en el sur de la Florida o en Tacoma decidí visitar la tienda de discos local. En esos años me encontraba su erguido hasta las rodillas en el hip hop.Ya en la tienda recuerdo que había tomado varios discos que por aquel entonces eran difíciles de conseguir en México. En mi selección llevaba el Nia del seminal dueto Blackalicious, el tercer y horrendo Soundbombing y más discos del universo de Quanum Records. El colectivo californiano roqueó mi mundo por varios años. Al momento de pagar, instantes antes de cobrarme, el dependiente de la tienda fue a un anaquel, tomó un disco y me espetó a bocajarro: “Si te gusta Blackalicious te gustará este”. El dependiente estaba sosteniendo un disco que en ese momento no conocía y la portada no me cautivó en lo absoluto.
De vuelta en la Ciudad de México, hojeando una revista, me topé con la misma tapa del disco que el dependiente me había sugerido comprar. La portada de la que les hablo es terrible: el rostro eminentemente adolescente de un chico; artilugios propios de un tratamiento dental en primer plano y unas letras que anuncian el título God Loes Loves Ugly. Loes tachonado lo que dejaba como título final: God Loves Ugly. En la revista se hablaba acerca del este disco, el segundo albúm del dueto de Mienneapolis: Atmosphere.
No recuerdo la revista pero sí recuerdo que los elogios eran varios. Me lamenté haber sido arrogante y haber subestimado la recomendación del tejano aquel. Me apresté a comprar el disco a través de una conocida tienda en línea y un par de meses después pude observar, por segunda vez, la carota de Slug en la tapa de God Loves Ugly.
Con cierta ansiedad puse el disco y me dispuse a escucharlo. Quería saber de qué me había perdido durante ese tiempo. Lo que escuché no me decepcionó: coros pegajosos, beats oscuros pero con mucho soul y lamentos de un sujeto que tiene poco o nada de éxito con las mujeres (era como si algunas rolas hablaran acerca de mí).
Al paso de los años y tras algunos otros discos, Slug y Ant se convirtieron en una referencia en mis gustos musicales. Después de escuchar el disco completo y aprender a odiar a Lucy o comprender que el hombre moderno debe de estar en el ajetreo supe que me era más fácil relacionarme con las líricas de Slug que con las de Wu-Tang o las de Eminem.
Slug y Ant eran los abanderados del rap de mochila al hombro de mediados de la década pasada.
Con el paso de los años he tenido la oportunidad de conversar con varios raperos a quienes las líricas del Slug también les parecieron geniales en su momento.
Al final Atmosphere ha tenido una larga y exitosa carrera, pero creo que lo más relevante de su obra lo podemos ubicar en sus cinco primeros discos.
El God Loves Ugly es una buena introducción al trabajo de los fundadores del sello Rhymesayers y al sonido de las Ciudades Gemelas.
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