Por Berenice Vieyra
Viernes. Plaza Condesa. Pasadas las 9 de la noche es que las luces del lugar se apagan y los asistentes se acercan al escenario. Un loop de sintetizador comienza a sonar hasta que cinco personajes ocupan sus posiciones y comienzan a armar el resto de la canción. Es "Babel" la pista encargada de abrir la noche.
Escasos de palabras, prefieren gastar el tiempo en tocar. Es Cristina quien desde la izquierda del escenario se muestra agradecida. Si le prestamos atención también es la encargada de cautivarnos poco a poco con ecos, voces y gritos que complementan el ambiente creado por las tajantes y ruidosas melodías. Como la única chica del grupo no necesita mucho para lucir guay vestida por completo de negro con los puntos brillantes de su música como único detalle.
Escuchamos por completo su último disco, y aún sobraba el tiempo para algunas otras canciones de discos anteriores. Llegamos a uno de los puntos clave: "Diamantes", "Perlas" y "Toro", que tarareamos y bailamos hasta el cansancio.
Una falsa despedida deja sorprendido a más de uno, pero pronto vuelven para darnos un poco más de esa desbordante energía que sólo logran bandas tan queridas por México y que han convivido por tanto tiempo. Cierran con "Vamos", cover de Pixies, que hacen más larga e intensa de lo normal, un augurio de que el fin de semana ha comenzado mejor que bien.