Tal y como es tradición en un festival del tamaño de Locarno el papel del jurado suele ir más allá de ver películas y elegir el palmarés. Además de que el simple hecho de ser invitado a decidir quiénes ganarán es en sí un honor el viaje suele incluir entrevistas con la prensa internacional y pláticas con el público o encuentros y talleres con jóvenes cineastas. A eso y más vino el cineasta mexicano Arturo Ripstein este año a Locarno donde preside el jurado y se proyectará su más reciente largometraje La Calle de la amargura en la sección "Las películas del jurado".
El otro punto relevante de esta sexta jornada tiene que ver con la proyección de la cinta francesa Le ciel atendrá (traducida como Heaven will wait en el catálogo) de Marie-Castille Mantion-Schaar que propone un interesante retrato de la Europa de hoy y uno sus problemas mas relevantes: el reclutamiento, por parte de grupos fundamentalistas asociados con actos de terrorismo, de adolescentes francesas a través de Internet.
Una buena muestra de que también de dialogar con la realidad se encargan las películas y los festivales de cine.
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