Por: Aarón Ávila La gloria del Marajá no conoce fronteras, sus hazañas musicales alcanzan regiones inusitadas y exóticas. Los intrépidos exploradores musicales pocajutas se encuentran en una odisea permanente para recolectar y seleccionar lo mejor de los ritmos mundiales y resguardarlos en la Fonoteca Nacional del Reino de Pocajú.
En una de las tantas travesías por la región subsahariana, entre caravanas de beduinos, bajo el sol inclemente y un mar de dunas, los emisarios del Instituto Pocajuta para el Patrimonio Musical y Fonográfico se encontraron con una grata sorpresa: un puñado de varones dotados musicalmente que se presentan ante el mundo bajo el mote de Imarhan, herederos directos de una de las glorias de la música tuareg, nada más y nada menos que Tinariwen.
Comandados por el carismático Iyad Moussa Ben Abderahmane (alias Sadam), primo de Eyadou Ag Leche miembro de Tinariwen, la banda oriunda de Argelia lanzó al mercado el 29 de abril de 2016 su primer larga duración con el título homónimo: Imarhan. Producción cobijada bajo el manto del prestigioso sello alemán City Slang, diez cortes con todo el calor y la energía del desierto de Tamanrasset, corazón del Sahara argelino, sublime fusión entre el blues y la guitarra tuareg, un oasis en medio de la arena casi infinita que sacia la sed de todo viajero melómano que se atreva a beber de éste.
https://www.youtube.com/watch?v=yfNZeNJcaHM
El blues del desierto subsahariano destila melancolía y nostalgia, sentimientos similares a la saudade portuguesa, que alimenta el alma de la producción. Sin embargo, el ritmo festivo de la guitarra, el tinde (percusiones) y el imzad (cuerdas) dotan de un ánimo festivo a la mayoría de las composiciones. Para Sadam la lírica de las composiciones (cada canción tiene su propia personalidad) versa sobre el día a día de la comunidad tuareg, cantan sobre el amor, a la amistad, el desierto y a la fuerza de la naturaleza. Los eruditos pocajutas, con un sentido auditivo híper-sensible, seleccionaron unos cuantos tracks para deleitar el paladar musical de su Excelencia.
El corte inaugural “Tarha Tadagh” inicia con una progresión de cuerdas vigorosas para dar paso a una voz introspectiva y contenida que canta-susurra en lengua Tamasheq, idioma de la familia bereber.
https://www.youtube.com/watch?v=G2fUu_kLfmk
Larga es la travesía por el desierto, el paisaje parece nunca agotarse, las huellas son borradas inmediatamente por el mar de arena, el corazón nómada de los beduinos se plasma de manera perfecta en “Tahabort”, segundo track del viaje. Sensualidad. voluptuosidad, cadencia y un sol abrasador. Cabe señalar que Tahabort es una plaza, una especie de mercado donde los tuareg se reúnen para pasar el rato, conversar o simplemente despabilarse, la canción habla sobre eso.
Las cuerdas de la guitarra hipnotizan como el canto de las sirenas, serían el acompañamiento perfecto para los cadenciosos movimientos de una Sherezade moderna, la voz de Sadam pronuncia las palabras de un conjuro ancestral, recita una plegaria lujuriosa, tal es la impresión que deja “Ibbas Ichikkou”.
Como en todo juego de contrarios siempre hay un contrapeso, en la región del Sahara argelino el desierto es vecino de uno de los brazos del río Níger, “Idarchan Net” es una composición sosegada, un blues que privilegia el virtuosismo de la omnipresente guitarra, la tesitura de la voz de Sadam remite, inevitablemente, a las texturas vocales del ícono de la kora Toumani Diabaté, la nostalgia que irradia la melodía nos transporta al Delta del Mississippi.
https://www.youtube.com/watch?v=spULOMFYo2k
El corte homónimo “Imarhan” es un canto al amor, a la amistad, ejecutado de manera violenta, bulliciosa, es una oda al frenesí. Imarhan en el idioma Tamasheq, como bien lo señaló el docto pocajuta Hanisi Sieteagostos, significa: “aquellos que te desean el bien”.
https://www.youtube.com/watch?v=XCg11XT0FM4
Para finalizar el recorrido por tan sinuoso, espléndido y hermosamente terrible desierto musical de Imarhan, “Alwak” cierra el plato con una cruda y blusera composición, semejante al crepúsculo que hermana el cielo carmesí con las dunas milenarias.
https://www.youtube.com/watch?v=pOjW6FDmDo4
Una vez más la valía de los sabuesos musicales del Marajá ha sido reivindicada.
¡Qué la música ilumine el camino y alimente las almas de los súbditos del Marajá!
¡Aloha, Marajá!