Esta paradoja es común: cuando se es niño se quiere ser grande y cuando se es grande lo único que se quiere es ser niño de nuevo, ambos deseos desatados por la misma búsqueda: la libertad.

Ser Niño De Nuevo es una especie de retrato de esta ilustre paradoja. Gabriel Volcovich, hombre cuya voz abre el documental, comienza narrando desde la memoria lo que le significó ser un niño y cómo una cámara fotográfica en la preparatoria le supuso el artefacto predilecto para acercarse a las personas, y sobre todo, a esa manifestación de la libertad: los niños.
Los Volcovich (Padre e hijo) deciden emular un proyecto que ya habían hecho en México, pero esta vez en las tierras de Israel.

Once niños, desde beduinos hasta medios árabes y judíos ortodoxos con distintas costumbres; desde deportistas, creativos, religiosos y campesinos, son una fiel expresión de lo que compone las distintas etnias en las inmediaciones de Israel. Con todo y sus muy distintas clases sociales que a la lente de los Volcovich queda en carácter de equitativa.

Los niños son todos honestos, lúcidos, graciosos y demás adjetivos que se les quiera poner, lo único que cambia entre ellos es el espacio donde son entrevistados.

Unos en un Penthouse, otros en un pequeño departamento, algunos otros en un parque y otros tantos entre las tierras del desierto.
Ser Niño De Nuevo es varias cosas además de un documental.

Es una ventana a las desconocidas tierras de Israel, de sus escuelas, sus compendios habitacionales, su población y costumbres.

Una exploración por el mundo que los niños perciben, más allá de la inocencia y el jolgorio que muchos les adjudicamos, también ven un mundo real, incluso más real que muchos adultos.

Es también una llamada de atención a todos aquellos que ya no nos encontramos en esa edad. Porque aquí se ve de primera mano lo muy sabios que pueden llegar a ser aunque sólo tengan 9 años y también lo sumamente inteligentes que pueden resultar. Hay más de un par de niños que hablan más de un idioma, y uno que otro con un ingles más fluido que muchos de nosotros. Mexicanos vecinos de EUA.

Pero Sobre todo Ser Niño De Nuevo Es un aire fresco para la memoria.
Nos lleva a recordar que por muy viejos que seamos hubo algún lugar del tiempo que nos vio reír y jugar como niños, e inevitablemente nos hace sonreír de nuevo, con esa honestidad serena e inigualable.