La comunicación de mensajes cortos ha tenido una evolución sorprendente desde los dispositivos, la forma de transmisión e interconexión, y el modelo de negocios. No es nuestra intención hablar del telégrafo, así que pensemos en el elemento de movilidad en la transmisión de mensajes. A finales de la década de los 80s, con la disminución en el precio del aparato y el servicio, así como una mayor cobertura de las redes, se popularizó este dispositivo de telecomunicaciones en una sola vía, que originalmente era exclusivamente numérico. Con esto se enviaba una clave numérica que brindaba un mensaje “cifrado” al receptor, quienes eran en su mayoría, por médicos y altos funcionarios.
En años siguientes, la modernización de este servicio mediante contestadoras automáticas, así como la adopción de beepers alfanuméricos abrió un abanico de posibilidades en la comunicación. La limitante que se toparon fue el límite de espacio en la comunicación, desde 90 caracteres hasta los más sofisticados con límite de 500!
E incluso, la aparición de beepers de dos vías daba el siguiente paso en la evolución al prescindir de una operadora en la comunicación directa disparando el potencial del servicio.
Pero fue hasta la masificación de la telefonía móvil hacia finales de los 90s que volvió “obsoleto” este servicio mediante la sustitución del beeper por los SMS o mensajes cortos. La gran adopción de los móviles que integraba servicios convergentes de voz y SMS, por lo que, un solo dispositivo resultaba útil para ambas formas de comunicación.
Aún más, al principio los SMS podían ser enviados entre usuarios de la misma compañía móvil. Pero el verdadero boom de este servicio se dio al interconectar los mensajes entre todas las redes en detrimento de los conocidos beepers o pagers, los cuales no han desaparecido ya que se consolidaron en nichos específicos como en los hospitales por la tradición médica, en locales de alimentos en centros comerciales y en algunos parques industriales.
Si bien, los teléfonos móviles llegaron para quedarse, su evolución natural los ha migrado a dispositivos más complejos llamados smartphones o teléfonos inteligentes. Con ellos, es posible acceder a internet por medio de la banda ancha móvil por lo que se pueden llevar a cualquier parte sistemas complementarios de comunicación como los programas de mensajería instantánea actuales como WhatsApp, MSN Messnger, Skype o Google Talk, por ejemplo. Además, los mismos fabricantes de equipo han introducido formas más inteligentes de conversación escrita como el BlackBerry Messenger donde el usuario puede saber si el mensaje llegó a su destinatario e, incluso, si ya fue leído. Todo esto sin contar los correos electrónicos que son triviales en esta discusión.
Por último, las redes sociales tan en boga en los años recientes, han logrado migrar sus plataformas a dispositivos móviles para el constante acceso de sus miembros para interactuar con su círculo de amigos, familiares o compañeros de trabajo. En específico, Facebook y Twitter han logrado penetrar en los hábitos de los usuarios de smartphones tanto que las sus aplicaciones son las más descargadas. Así, los miembros de estas redes pueden tener conversaciones con sus pares tanto públicas como privadas, y bajo la característica push, los usuarios reciben notificaciones en sus teléfonos de la misma forma que han recibido los mensajes en el beeper, SMS en el celular, o mensaje directo (DM) en Twitter.