Def Leppard y Mötley Crüe: La histeria de su gira llegó a nuestro hogar dulce hogar 

Def Leppard y Mötley Crüe: La histeria de su gira llegó a nuestro hogar dulce hogar 

Fotos: Eduardo Lujano

Ni los estrepitosos excesos de la década de los 80, ni el cambio de dirección en la minimalista pero alternativa década de los 90, ni el boom digital de los 2000 y su creciente ola de propuestas del género urbano, han podido apagar la estridente rebeldía musical de Def Leppard y Mötley Crüe, dos bandas protagonistas del glam metal, que se presentaron este sábado 18 de febrero en el Foro Sol de la Ciudad de México, logrando convocar a 60 mil almas para un viaje por el tiempo hacia la época en que las melenas largas, el exceso de maquillaje y el salvaje sonido del heavy metal eran una fórmula exitosa.

La noche caía y Ágora, banda mexicana de heavy metal progresivo, fue la encargada de abrir el escenario, mientras que en el público destacaba la diversidad generacional en las y los asistentes, familias completas luciendo sus prendas más rockeras. De pronto, en pantalla apareció la cuenta regresiva para que Def Leppard iniciara con su presentación. El cronómetro corría y con la exactitud del mítico Big Ben de Londres, los originarios de Sheffield, Reino Unido, iniciaron con "Take What You Want", que abre su más reciente producción Diamond Star Halos, seguida por un breve pero cálido saludo del vocalista Joe Eliott, quien presentó "Let's Get Rocked", del álbum Adrenalize de 1992.

El paso por la nostalgia siguió con el sencillo "Animal" de 1987, engalanado por un escenario en el que se proyectaban fotografías de los grandes momentos de la banda; el recorrido por el sonido dual de guitarras de Def Leppard continuaba con "Foolin'", "Armageddon It" y "Kick". Las luces del escenario se atenuaron, anunciando la primera power ballad de la noche: "Love Bites", la cual nos habla de la añoranza por un amor que se ha ido. Después, la incapacidad de hacer promesas llegó con "Promises" del material Euphoria de 1999.

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Después de una breve reflexión sobre la pandemia y su impacto en la música, el escenario oscureció para dar paso al momento acústico de la noche, encabezado por Joe Elliott, Phil Collen y Vivian Campbell, para interpretar "This Guitar", sencillo en el que la agrupación británica explora el country y bluegrass. Con una calidad sonora invaluable, los clásicos aparecieron de nuevo con "When Love & Hate Collide", la siempre enérgica "Rocket", a la que siguió "Bringin' On the Heartbreak" y la instrumental "Switch 625".

Con tonos azules y rojos en el escenario, los guitarristas Phil Collen y Vivian Campbell tocaron sus memorables solos de guitarra, que dejaron a más de una y uno sin aliento. Sin embargo, la ovación más grande de la noche se la llevó el solo del baterista Rick Allen, quien a pesar de haber perdido su brazo izquierdo en un accidente en 1984, muestra la ambición que la banda ha tenido desde sus inicios, rompiendo los límites de lo imaginable.

Bajo la luz de los celulares y uno que otro encendedor, la segunda power ballad de la noche llegó: "Hysteria" del disco homónimo de 1987; el guitarrista Phil Collen ha señalado que la canción escrita en Dublín, Irlanda, habla de explorar la oscuridad buscando luz y creer en una relación.

La emoción del público se desbordó al escuchar los primeros acordes de "Pour Some Sugar on Me", seguida por la clásica "Rock of Ages". Joe inició la despedida con agradecimientos al público en México y su cariño, dando paso al sencillo de 1983 "Photograph" del álbum Pyromania; a la par, las pantallas se iluminaron con fotografías de la banda y el público que acudió al concierto.

El momento de tomar una pausa llegó, acompañado de los gritos del público que decían “¡Crüe, Crüe, Crüe!”, y se mostraba ávido por la presentación de una de las bandas más grandes de la escena glam de Los Ángeles, California. El reloj marcaba las 22:15 horas, cuando las pantallas del escenario iniciaron la transmisión de un ficticio corte informativo, advirtiendo del caos que la agrupación más rebelde de la historia del rock traería al público. Fue así que con humo y un escenario iluminado de rojo, la inquieta batería de Tommy Lee, la voz aguda de Vince Neil, el salvaje bajo de Nikki Sixx y la ruidosa guitarra de John 5 iniciaron su presentación con "Wild Side", del cuarto disco de la banda Girls, Girls, Girls.

La fiesta del glam metal continuó con el denso sonido de la controversial "Shout at the Devil" escrita por Nikki Sixx en el disco de 1983 del mismo nombre. El rock de Mötley Crüe continuó con "Too Fast For Love" de su LP debut; ambos discos son considerados los más influyentes de la agrupación en la escena del glam metal. La rudeza del rock callejero de los Crüe con fuertes riffs seguía con "Don't Go Away Mad (Just Go Away)" y "Saints of Los Angeles", esta última es parte del material más experimental de la banda y en el que abordan sus etapas más oscuras.

Con la salvaje fuerza de su música, Mötley Crüe no dio descanso al público, que estaba hambriento del caótico sonido de la mítica agrupación, entre aplausos y gritos eufóricos inició "Live Wire", seguida de "Looks that Kill". Con tintes modernos y referencia a su película The Dirt, tocaron "The Dirt (Est.1981)" proyectando secuencias de la producción y del músico Machine Gun Kelly, quien colabora en esta canción. Vince hizo una pausa para presentar al "hombre de negro", refiriéndose a Nikki Sixx, quién hondeó una bandera de México y saludó al público, reconociendo la ausencia por 10 años en nuestro país, pero profundamente agradecido por la calidez del público.

Este concierto sirvió como la presentación del guitarrista invitado a la gira en sustitución del retirado Mick Mars, John5, quien con fuertes distorsiones alucinantes realizó un solo que dejó sin palabras al público dando pie a "Smokin' in the Boys Room", seguida por un set de covers que incluyó la clásica "Rock 'n' Roll (Part2)" de Gary Glitter, "Helter Skelter" de los Beatles, el punk de los Sex Pistols "Anarchy in the U.K." y la siempre rápida "Blitzkrieg Bop" de los Ramones, cuyo coro "hey, ho, let's go" en voz de las y los asistentes, hizo vibrar el Foro Sol.

El público no podía contener la emoción de escuchar todos esos clásicos, pero llegó el momento de disminuir la velocidad del recorrido: para ello, Tommy Lee saludó y bromeó desde el escenario, para sentarse en el piano e iniciar "Home Sweet Home, iniciando un momento sublime del concierto, en el que las y los asistente se pusieron de pie para entonar con el mayor sentimiento este homenaje al baterista Nicholas "Razzle" Dinglye de los Hanoi Rocks, fallecido en el accidente automovilístico de 1984, en el que Vince Neil iba conduciendo.

A ese gran momento, llegó el sencillo más emblemático de la banda: "Dr. Feelgood" y "Same Ol' Situation (S.O.S.)". El fin se acercaba, pero los Crüe no se iban a ir sin alabar la sensualidad femenina, por lo que en un abrir y cerrar de ojos, al ritmo de "Girls, Girls, Girls" aparecieron sobre el escenario dos siluetas femeninas gigantes. La celebración continuó con "Primal Scream" y, con la promesa de volver, Mötley Crüe se despidió con su enérgica esencia al ritmo de "Kickstart My Heart", cerrando así una presentación que quedará en el recuerdo de muchas y muchos asistentes, ante las similitudes entre ambas bandas, ya que en ellas encontramos a dos grandes bateristas que en los desenfrenados 80 hicieron de sus solos verdaderos espectáculos. Las tragedias estuvieron presentes en Def Leppard y Mötley Crüe, llevándolos al límite pero dándole fuerza a su sonido para construir un legado a prueba del tiempo, aunque la época del glam rock sea historia.

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