CutOut Fest 09: El arte digital que se apoderó de Querétaro
Quien piense que el CutOut Fest, Festival Internacional de Animación y Arte Digital, es un festival pequeño, se equivoca. Con cuatro días de duración y cuatro sedes distintas, en esta novena edición el CutOut demostró su crecimiento en cuanto a la cantidad de propuestas y sus diferentes plataformas, así como del nicho dentro de su natal Querétaro. Y si bien la agenda abarcó del jueves 9 al domingo 12 de noviembre, los días con mayor número de actividades y presencia de artistas invitados fueron viernes y sábado.
El primer día de actividades se limitó a las inauguraciones del festival, de las proyecciones de los cortos animados, y de las exposiciones en la Galería Libertad; actos oficiales necesarios para que el público mexicano conociera las 221 propuestas de su selección oficial y de los 53 artistas invitados. Entre los más destacados estuvieron Graham Finley, Andy Baker, Saiman Chow, Martinus Klemet, León Fernández y Faiyaz Jafri.
https://twitter.com/CutOutFest/status/928848058611269632
Uno de los aciertos del CutOut Fest fue romper el esquema de la conferencia habitual, donde el ponente imparte una plática en la que muchas veces se pierde el hilo de su discurso sin dejar claro su mensaje. Un ejemplo de este logro fue la serie de actividades bajo el nombre Random Memories, que dio inicio el viernes 10 en el Foro del Museo de la Ciudad, que enfrentaba a dos artistas con nueve preguntas que tenían que contestar con imágenes: ¿Qué artista te ha inspirado más? ¿Cuál es tu personaje de ciencia ficción favorito? ¿Qué emoji que no exista inventarías? Son algunas de las preguntas que se les hizo a los animadores. Un duelo que llamó la atención fue el de Graham Finley, de Pixar, contra Baobab Studios, ya que ambas productoras manejan una estética similar.
Ese mismo viernes, se llevó a cabo una de las actividades que creó bastantes expectativas, es decir, La Batalla de GIFS. La dinámica de este tipo de combates es muy sencilla: dos oponentes, previamente registrados, presentan un GIF de su creación para que un jurado de expertos y el público, estos últimos con voz pero sin voto, elijan un ganador que avanza y se enfrenta con un nuevo oponente, quien le puede otorgar una victoria más o la eliminación del torneo. Al final de la guerra, no gana quien haya acumulado el mayor número de triunfos, sino quien a haya presentado la mejor propuesta según a la opinión del jurado.
En esta batalla de GIFS también se pudo notar el crecimiento del festival, ya que los concursantes eran también asistentes del mismo y eran provenientes de distintos puntos de la república como Ciudad de México, Morelia, Monterrey, por mencionar algunos. Esta variedad de gente también significó una variedad de estéticas, desde el vaporwave hasta animaciones queer, en un ambiente único de comicidad y fiesta.
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Una actividad no anunciada en el programa, en la noche del viernes, fue Lost Highway, una plática donde artistas como Andy Baker, de Reino Unido, hablaron de sus procesos creativos y sus inspiraciones, de cómo una imagen, video, canción ya establecidos y de diversa autoría pueden ser apropiadas y mutar en dentro de su propio trabajo.
Las conferencias, proyecciones y Random Memories continuaron el día sábado; sin embargo, si una actividad sobresalió de todas fue el happening montado por el colectivo ESOC. Los dos integrantes anónimos de este grupo, cuyos nombres y nacionalidad no pueden ser revelados por los medios, montaron un performance lleno de saturación sensorial, donde el sonido iba más allá del ruido, los visuales eran un bombardeo de imágenes y palabras, y las texturas de distintos materiales eran parte del escenario y los vestuarios de los artistas.
El performance inició con el integrante femenino, ataviada con una máscara y un traje lleno de globos, haciendo de dj de noise, mientras el integrante masculino, con un traje dorado y una máscara de la que colgaban unas medias llenas globos a manera de cuernos, intervenía su rostro arbitrariamente con papel y cinta adhesiva, creando una gran masa a la que se le unieron por un instante varas de madera en la espalda incorporadas con más cinta. Tras haberse deshecho de es carga, cambió de lugar con su compañera en la consola para que ella llamara al público sentado en las gradas y, de esta forma, unirlos con tubos de pvc, diurex y estambre. El baile se apoderó de todos estos elementos, llegando al punto más álgido del happening y, por qué no, del festival.
Realidad Virtual
Durante los dos días principales del CutOut, hubo propuestas interactivas de VR que podías disfrutar a cualquier hora, sólo había que tener paciencia con las filas. Chamaleon fue una de las instalaciones más interesantes. Esta pieza consistía en cuatro pilares sobre los que se encontraban bustos virtuales de habitantes de la Ciudad de México, y en las que el espectador debía introducir su cara para encontrar paisajes característicos de la urbe, desde Xochimilco hasta una casa de Coyoacán, cuya estética era parecida al puntillismo pero virutal.
Por otra parte, la compañía mexicana INTUS montó algunos videojuegos y cortometrajes donde la historia sólo podía continuar con la interacción y la toma de decisiones de la persona que traiga puestos los lentes de realidad virtual. La única desventaja es que muchas personas aún no están acostumbradas a estas formas de interacción con los lentes y puede causar mareos.
Galería Libertad
En el CutOut Fest hubo dos exposiciones dentro de la Galería Libertad que también son de resaltar. La primera es la del hidalguense Nef Espino quien presentó un mundo de su creación llamada Lepapel y sus habitantes llamados Lepapelinos. El trabajo de este mexicano consiste en la mezcla de dibujo y literatura, donde los personajes tejen la historia de una isla onírica, San Francisca, además de hacer un paseo por flora y fauna. La plataforma de la galería le dio una lectura propositiva a lo que fácilmente es un libro ilustrado o una página de internet.
La otra exposición fue colectiva, de los artistas Adam Chamandy (Canadá) y Leonardo Díaz (México), cuyo título es un código binario que representa la palabra Unexpected:
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En esta muestra, por ejemplo, la pintura de Leonardo Díaz eran retratos de cyborgs, posiblemente en decadencia, donde el contraste del color (rostros en escala de grises y fondos fosforescentes) resaltan su técnica con el pincel. Por otra parte, Adam Chamandy montó dos animaciones de manera singular: la primera consistía en la muestra de todos los fotogramas de un hombre picando una piedra, mientras que en otro punto de la sala, un pequeño proyector mostraba este hombre en movimiento. La segunda era más impactante, ya que, además de la proyección de 7 minutos de animación, sobre el proyector se encontraban las 3000 hojas con las que se trabajó la pieza.
La diversidad estética del CutOutFest
El arte digital es un arte democrático. Quien tenga una pantalla con acceso a internet, elementos ya de nuestra vida cotidiana, puede acceder a las propuestas de varios artistas del mundo. El dinero ahora no parece un obstáculo para el consumo de cultura. Y si bien se tienen ciertos prejuicios de lo que significa "digital", también se demuestra que la tradición forjada a lo largo de la historia del arte son absorbidas para representar y reconfigurar formas, técnicas y tendencias del pasado.
Hay quienes buscan un realismo extremo en sus animaciones infantiles, mientras que otros dejan en claro que las formas poligonales son las indicadas para el sarcasmo y el humor negro. Otros retoman dibujos que podrían parecer hechos por un niño, pero que se tornan en temas mórbidos, sexuales o de denuncia social. Las tendencias hacia un futuro fracasado, donde la máquina ha tomado el control del mundo, no deja de mostrarse en estos videos, gifs o diseños.
El CutOut Fest es un festival que abre la discusión sobre el lugar del arte digital en nuestro tiempo, un arte en el que las fronteras entre alta y baja cultura son difusas. Es de celebrar que exista un espacio así en México y fuera de su capital, pues la verdadera centralización ocurre en un sitio tan inmenso como lo es el internet.