Partido de Jornada 13, con dos equipos que llegaban en zona de calificación, con aspiración a luchar por los primeros puestos de la tabla. Viendo así el escenario uno podría imaginar que el juego resultaría bastante entretenido, ya empezando a saborearse como los juegos de liguilla.
Veredicto tras 90 minutos: ¡Infumable!
Así es, Cruz Azul y Tigres estuvieron lejos de brindar un espectáculo de calidad. Si bien la entrada en el Estadio Azul fue pobre, supongo que por la resaca de haber perdido el clásico frente al América. Los menos de 15 mil asistentes tuvieron que fumarse un partido bastante soso.
A los cementeros les bastaron quince minutos para liquidar el partido, en dos desatenciones de la zaga felina, Roque Santa Cruz logró marcar un doblete que le dio los 3 puntos a los de La Noria. Después de tomar la ventaja, fiel a su tradición de pecho frío y conformista, Luis Fernando Tena, amarró al equipo, dejó de presionar desde la salida y se pasó todo el juego cuidando la ventaja.
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Por su parte los regiomontanos tampoco propusieron más de la cuenta, al parecer irse con la derrota no les pesaba. Quiero pensar que se debe a que se han propuesto enfocarse en su totalidad a la Libertadores, lo cual no quita que sea una postura bastante timorata.
Al final lo más rescatable, fue la rica nieve de limón con chamoy.