Finalistas en 2009, dos de los proyectos con más títulos en los últimos 15 años se han estancado en un vaivén entre la media tabla y aquello que se encuentra más abajo. Desde aquel Clausura 2009 en que Pumas le arrebató la corona a Pachuca en el Estadio Hidalgo, ambos equipos llevan solo dos finales y un título, también de los felinos en el Clausura 2011. Por lo mismo, esta jornada 13 era una noche para recordar.
Con solo mirar las alineaciones, es fácil evocar cuando algunos elementos, tanto de los hidalguenses como de los capitalinos, veían el mismo partido bajo la playera que ahora tienen como contraria. Ambos técnicos, por ejemplo: Memo Vázquez coronó su última temporada con el primer título de los Tuzos, mientras que Diego Alonso fue artífice del bicampeonato de los Pumas en el Apertura 2004.
En las bancas, por otro lado, Diego de Buen, una de las últimas luces de la cantera puma trata de regresar a su brillo en la caseta de Pachuca, mientras que un viejo ídolo, un tal “Hachita”, aunque no formado ahí, todavía se ven playeras con su dorsal entre la feligresía tuza. La rechifla cuando ingresó al calentamiento denotan que todavía duele la partida de Daniel Ludueña.
Ya con el partido en marcha, la lluvia, siempre ingrediente que agrega epopeya y dramatismo al futbol, también añadió velocidad, al menos al balón, a un partido de ritmo lento, con unos Pumas lanzados al ataque. Claro, quién después de cuatro victorias seguidas no se lanzaría al ataque. Por otro lado, Pachuca aguantó los primeros embates para iniciar una seguidilla de desdobles que aunque también erráticos, pondrían la tónica del partido minutos más tarde.
30 minutos en el reloj y Christian Penilla abrió el marcador tras otro contragolpe y tras otro error del único sobreviviente a aquella final entre universitarios y albiazules, Darío Verón. “No es lo mismo “Los Tres Mosqueteros” que “Veinte años después””, dice un dicho. Contrario al 4 felino, Óscar Pérez aunque no muy exigido, derrochó talento en un par de intervenciones que ponen en tela de juicio el refrán. Medio tiempo: Pachuca 1-0 Pumas.
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Sin pasar un minuto de la segunda parte, Javier Cortés con las ahora esporádicas joyas a balón parado, puso el esférico en la cabeza de Matías Britos quien solo tuvo que empujará para emparejar los cartones. El frenesí tuzo se detuvo. Por un momento.
Minuto 60 y el apuntador electrónico puso en señal de ingreso a un número 9 que Pumas conocía muy bien y no necesariamente con buenos recuerdos. Más tardó en entrar Ariel Nahuelpán que en devolverle la diferencia a los locales en un rebote, también error de la zaga auriazul, tras un tiro de esquina. El festejo con olor a revancha decía sin mucha discreción: “Esto se perdieron, Universidad”.
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Un minuto después del tanto de Pachuca, Silvio Torales se ganó el segundo cartón amarillo y la noche era prácticamente una sentencia a la racha de los Pumas.
Con diez en la cancha, Vázquez no escatimó en su ataque, con el ingreso de quien algún día fue “de casa” en el “Huracán”. Otra rechifla para el “Hachita”, aunque el no encontró su redención con el empate para los Pumas.
La apertura de espacios para Pachuca no permitió más que un par de tiros desviados de los visitantes, suspiros angustiosos para la afición felina que abarrotó, por cierto, el Estadio Hidalgo. Después de todo, un grande no juega de visitante. Últimos diez minutos y Nahuelpán de nuevo, encontró su alivió ante el ex equipo, ésta vez, por un penal que muy pocos ojos presenciaron dada su lejanía con el balón en la jugada. Pachuca 3-1 Pumas.
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En las formalidades de conferencia de prensa y zona mixta, los doce puntos en disputa fue lo único que resonó en los micrófonos y en un momento donde ambos equipos necesitan regresar a encontrar la fórmula de su éxito, el pasado, ya sea en una casa o en otra, es para los álbumes de fotos.
Omar García
@omarrgc