Por supuesto que no, o al menos no del todo. "Están copeteadas", dicen. Cuándo uno ingresa a las tiendas de discos ahí está ese diente brillándole a uno con el peinado retocado y, aunque no se le quiera mirar, eventualmente va a ser bombardeado con ese aparente brillo. Está en todos lados y siempre en las zonas más visibles a base de dinero– ¿de la disquera?- claro que no, también ponen su parte las agencias de marketing, las televisoras, las tiendas de discos y hasta ellos mismos. Entonces está el colgajo en la parte más notoria de la tienda de discos, con una imagen previamente diseñada para generar determinadas impresiones de él y, si eso no funciona, también estará galantemente en forma de taza, playera, gorra, en forma de la lista de los más vendidos, ahí,con el 1º al lado mientras el chico detrás del mostrador cobra. Son productos bien maquilados, el más mínimo detalle está previsto; lo demuestran los dinosaurios del medio –antes como él- con los que comparten a veces escenario, lo hacen para ayudarle a ganar algunas simpatías para después ser retribuidos en el final de sus eternas carreras, como Yuri en los ochentas “improvisando” en los premios TVyNovelas al lado de Luis Miguel, quien por cierto obtuvo la nacionalidad mexicana en 1994 de manos del entonces presidente Salinas de Gortari.
Las listas de popularidad, el intento de artista que repite el mismo puesto semana tras semana, los que van debajo de él – del primero- pueden variar para confundir el gusto desinformado de la gente, de la mayoría tan alejada de un “Shine On Your Crazy Diamond”. Pero el puntero no, ese no, ése nunca se le va a ver en un lugar inferior al primero, ése es garantía de ingresos para la cúpula de las disqueras. Pero no siempre sonreía perfecto frente al reflector, no no, antes se paseaba por parques y mercados sin causar gritos y lágrimas a señoras; sólo fue encontrarse un punto fuerte, lo guapo lo tenía dado, todavía le faltaba esa tonadita pegajosa, atractiva, que de repente ya figuraba en las lista más populares del FM y que dejaron de representar el gusto de la gente para señalarles uno que implicaba el mínimo esfuerzo musical.
La tonadita es pegajosa a base de repetición, quedará grabada aunque al principio no se tenga ni la más remota idea de quién era. Así de efectivo es maquillar las listas, se le acomoda el peinado y está listo para aparecer en los mejores programas. Quizá estrenar su sencillo por primera vez, a dueto de ese talentoso niño en pequeños gigantes -por el canal 2 y en horario estelar del domingo- y luego es otra vez y otra vez escucharlo hasta el cansancio por el FM. Verlo anunciar lo bueno que será su concierto cuando señala la primera fecha agotada. Así hasta que el público queda anestesiado con ese peinado inmaculado y sin darse cuenta ya es parte de los que tararean el "famoso" tema número uno.