Día 1 en el CC 2019: aquel sábado en el que volvimos a escuchar a Franz Ferdinand y bailamos con The B52’S
Es difícil recordar ese momento en el que un festival masivo con música alternativa y bandas de renombre internacional no era más que una fantasía para México. Este 2019 el Corona Capital llega a su décima edición consolidándose como uno de los festivales más grandes en términos de entretenimiento y oferta musical del país. El proceso para convertirse en el mejor festival de música en México nos ha dejado frustraciones, tenis mojados, shows cancelados, pósters increíbles, pero sobretodo grandes anécdotas.
Esta edición del festival comenzó el sábado 16 de noviembre con un ambiente relajado pero lleno de expectativa. Lo que prometía ser un día fuertemente soleado pronto se convirtió en uno nublado y fresco. Phosphorescent, un cantautor americano, inauguró el evento con energía, agradeciendo a la conglomeración de fans y curiosos que se acercaban a escuchar. Aún sin una cerveza en mano la gente se movía al ritmo de la música. Por su parte, el escenario principal se inauguró con el indie pop de SHAED, quienes continuaron avivando los espíritus de una tarde que apenas comenzaba.
A los ya conocidos cuatro escenarios, el principal, el Corona Light, el Doritos y la Levi’s Tent, se agregó uno más, que parece haber creado un mejor balance en la distribución de personas y sonidos: el SEAT. Esto también permitió incluir bandas que sorprendieron a los asistentes antes de la llegada de los grandes headliners. A la nostalgia que sentimos al escuchar a The Strokes —aunque para la mayoría no fue su mejor presentación dado un Julian Casablancas pasados de copas—, se sumaron hallazgos interesantes como los divertidos chicos de Pip Blom, la mitad DJ, mitad percusionista, Georgia, la enérgica personalidad de los casi adolescentes de Dublin, Inhaler, o el pop-rock pegajoso de la talentosa alemana-británica Alice Merton que prometió volver el año próximo.
Ya entrada la noche, la muy esperada presentación de los B-52’s también logró impresionar a los asistentes con la energía que todavía podían proyectar los veteranos que ya sobrepasan los setenta años. Con todo su estilo disparatado y estrafalario, reunieron generaciones al ritmo de su más grande hit, “Rock Lobster”, en una marea de gente que bailó con su surf-rock como hace cuarenta años.
Esta edición del festival tuvo también su lado más reflexivo porque, además de traer bandas que lo han definido como The Strokes y Weezer, se instaló también un museo que recopiló momentos importantes durante la historia del Corona Capital. Incluso en los detalles, como pósters de todos los años pegados en los muros a los costados de los escenarios, se notaba el deseo por darle honor al trabajo y devoción de todas las personas que han creado este fenómeno nacional.
Algunos artistas con varias rondas de conciertos en nuestro país se unieron al tributo hablando de su experiencia en el festival. Este fue el caso de Fran Healy de Travis, quien comparó el cantar de los mexicanos con el de su ciudad natal por la efusividad de las voces y dedicó la canción “Sing” a sus fans en México.
Fotos: Eduardo Lujano, Susana Fuentes / Ibero 90.9
El sábado cerró con lo que se puede llamar “una noche de salir a chelear con tus amigos” porque, a pesar de que Franz Ferdinand estaba abarrotado de gente y era prácticamente imposible cruzar la explanada principal durante su presentación, se sentía la unión entre los asistentes que venían sinceramente a encontrarse con sus viejos favoritos. Como cada año, decidir a quién escuchar era difícil. Para aquellos que preferían evitar el gentío de Two Doors Cinema Club o Weezer, también hubieron se fueron a actos más íntimos como el de Dirty Projectors y The Japanese House que estaban prácticamente vacíos.
Antes de llegar al gran final, era necesario moverse con los beats del australiano Nick Murphy (f.k.a. Chet Faker) en la carpa Levi’s. Para cuando escuchamos “Last Nite”, como en aquel Corona Capital del 2011, el ritual de recordar y rejuvenecer para seguir muchos años más había sido completado. El mejor festival de música en México seguirá creciendo… y nosotros con él.
Y aún falta el domingo.