Texto: Luis Guizar
Fotografías: FIC
Karla María Blanco Díaz, integrante de Factótum Colectivo, compañía guanajuatense de teatro, demostró en una exitosa presentación, cómo es posible propiciar la convivencia en estos tiempos de indiferencia al apropiarse del escenario, desde incluso antes de que se anunciara la tercera llamada, para dar inicio a la obra.
“La Siempreviva y sus más de 400 hijos”, presenta a una Coatlicue anciana y en silla de ruedas, quien en la mitología mexica representaba la fuerza de todo lo humano, y era venerada como la madre de los dioses y símbolo de la fertilidad. Era la madre de los cuatrocientos surianos, dioses de las estrellas del sur, quienes ofendidos por su embarazo del dios Huitzilopochtli, decidieron asesinarla. Sin embargo, Huitzilopochtli, acabó con sus hermanos y hermanas. Este relato está representado en el Templo Mayor del recinto ceremonial de Tenochtitlan.
Blanco Díaz, licenciada en teatro por la Universidad Veracruzana, nos invita a reflexionar sobre el amar, el compartir y el respetar a la madre tierra mediante historias que hacen partícipe al público, no solo desde sus asientos sino incluso desde el escenario, aportando a la convivencia y diversión de esta puesta en escena.
Dos son los momentos de interacción especial con el público, uno en el que comparte globos para después pedir que los inflen como preparativo a la celebración y cuando los invita a alzar sus vasos con mezcal -repartidos momentos antes por otros miembros del público- para brindar por la vida.
Factótum Colectivo inició actividades en 2006 con grupos locales de León, Guanajuato y Ciudad de México; hoy en día colaboran con compañías de México, Venezuela y Colombia y son parte de la edición 45 del Festival Internacional Cervantino.