La dualidad en el cine se ha traducido en diversas maneras. Los binomios más simples que se nos pueden venir a la cabeza son los de ficción/documental, cintas a color/cintas en blanco y negro o películas mudas/películas sonoras. Si hablamos del terreno de los personajes, el más convencional es el de protagonista/antagonista. Por supuesto, existen muchas otras dualidades que han emergido a la hora de hablar de personajes, unas que responden a la subjetividad tanto del espectador como del cineasta, y otras que dependen del punto de vista al momento de abordar una historia.

En el caso de Carnívoras, la dualidad se presenta desde la transferencia emocional de dos hermanas unidas por un oficio: la actuación. El delineado de las protagonistas del primer largometraje como realizadores de los actores belgas Jérémie y Yannick Renier halla su raíz en el contraste psicológico entre dos mujeres cuyas actitudes se han forjado dentro de un vínculo fraterno sujeto a los resentimientos del pasado y las manipulaciones afectivas que parecen emerger en el presente. Por ello resulta interesante que cuando Mona, una joven que no tiene éxito pese a sus estudios de actuación, llega a casa de su hermana Sam, quien en cambio sí es una actriz famosa, se desate un intercambio definido por el resquebrajamiento de los lazos afectivos y la ausencia.

Las actrices Leïla Bekhti y Zita Hanrot encarnan a dos mujeres que se enroscan en una dualidad creada cuando Mona intenta acaparar el lugar de Sam, quien desaparece después de tocar fondo. Pero la presencia de Sam invade cada centímetro de Mona, quien siente que debe aceptar un nuevo papel: el de su hermana. Y no estará dispuesta a renunciar a la que podría ser la interpretación de su vida, aunque esto carcoma la consanguinidad que la une a Sam. Esta mutación tiene como telón de fondo un escenario en el que los Renier combinan fronteras de diversos géneros fílmicos como si éstas fueran la metáfora del frágil equilibrio entre las hermanas.

Por Edgar Aldape Morales / Cineteca Nacional

Carnivores, Francia-Bélgica, 2018, 86 min.

D: Jérémie y Yannick Renier. G: Julie Decarpentries, Yannick Renier, Agnès de Sacy y Jérémie Renier. F en C: Georges Lechaptois. M: Pierre Aviat “Avia”. E: Nico Leunen.
Con: Leïla Bekhti (Mona), Zita Hanrot (Sam), Bastien Bouillon (Manuel), Johan Heldenbergh (Paul Brozek), Hiam Abbass (Amel), Octave Bossuet (Tom). CP: Chi-Fou-Mi Productions, Les Films du Fleuve, Mars Films, Voo et BeTV, Radio-Télévision Belge (RTBF).
Prod: Hugo Sélignac, Vincent Mazel, Jean-Pierre y Luc Dardenne. Dist: Caníbal.