Cannabisne: La industria mexicana olvidada
Siglos antes de la comida cósmica y del 420, las plantas cannabinoides, tenían un lugar muy diferente en la sociedad y economía en distintas civilizaciones alrededor del mundo. Hoy en día, su estigma nos trae a la mente el mundo de los narcóticos, pero la marihuana como psicotrópico no siempre ha sido el producto principal generado a partir de los cannabinoides.Según un artículo de Forbes, publicado el 2013, existen alrededor de 25,000 aplicaciones diferentes para las plantas cannabinoides: desde comidas saludables, artículos de belleza, ropa, hasta combustibles ecológicos. El cáñamo, una planta cannabinoide con niveles muy bajos de THC, es renovable, funcional y a través de la historia se destaca por su utilidad innegable que ahora está repuntando a nivel internacional.
Un poco de historia
Viajemos en el tiempo a dos milenios antes de Cristo a China, durante el imperio de Shen Nung. El cannabis tenía muchos usos, entrelos cuales destaca su consumo en rituales chamanísticos. Después, se le encuentra un uso en la medicina para tratar enfermedades como la Gota y a la creación de fibras aprovechando otras partes de la planta como el tallo y ramas. Alrededor del mundo el cáñamo producía textiles, hojas e incluso cuerdas para barcos. Llega a América en el Siglo XVII, al mismo tiempo que el tabaco y se vuelve una industria clave en Jamestown, Virginia. Empieza a ser desbancada poco a poco, por el boom del algodón y queda obsoleta como materia prima para realizar textiles y fibras. Sin embargo, se sigue usando como remedio medicinal.
Después de la Segunda Guerra Mundial, se divulgaron concepciones erróneas en las que se retrataba al cáñamo como un enemigo de la sociedad. Para la sociedad norteamericana, plantas relacionadas al cannabis estaban completamente satanizadas. El cultivo y uso seguía siendo legal hasta que el Bureau Federal de Narcóticos plantó firmemente el paradigma de la amenaza social que constituía la industria. Los poetas y artistas del movimiento “beat” no ayudaron a mejorar la imagen de la planta; pronto se catalogaría como droga de entrada que facilitaba el uso de drogas más adictivas y nocivas.
En México
Según Paul Stanford de la organización pro-cannabis The Hemp and Cannabis Organization, el yute y el henequén también se vinieron para abajo después de que la industria petroquímica desbancara a las demás materias primas. Gracias a que en la actualidad hay un boom de la manufactura orgánica y ecológica, el cáñamo tiene un nicho de mercado asegurado. Sus posibilidades son casi ilimitadas y no explotar sus beneficios sería contraproducente para apoyar tanto al medio ambiente, como a muchos agricultores mexicanos. De acuerdo a la revista Manufactura MX, cultivar plantas cannabinoides vuelven las tierras más fértiles y requieren de muy pocos pesticidas y fertilizantes
Elsa Conde, Mtra. en sociología de la UNAM, se ha dedicado durante gran parte de su carrera al estudio de las ventajas sociales y económicas de la legalización del cannabis; ella argumenta que su calidad supera otras materias primas, como la fabricación del papel; por ejemplo, el cáñamo es más resistente y de mejor calidad que el papel derivado de la pulpa de los árboles. La organización Drogas México, también resalta que nutricionalmente es una de las semillas más provechosas. Contiene una alta proporción de grasas saludables como Omega-3 y Omega-6. Una de las debacles que siguen impidiendo la proliferación de la industria en México sigue siendo el tabú. Existen grupos específicos luchando por darle difusión y voz a espacios pro-cáñamo tal como la revista Cáñamo México. Sin embargo, fue suspendida por el gobierno debido a que rompía con el ordenamiento que licitó el gobierno contra cualquier tipo de publicación que “burlara la moral y buenas costumbres.”. Su producción en México sería muy ventajosa en muchos sentidos; apoyaría industrias en zonas rurales, podría significar la mejor en la economía de indígenas y finalmente, es una industria más amigable con el medio ambiente. Quizás falta mucho para llegar a una legislación y una industria grande pero podemos empezar indagando más de este tema y cambiando los estigmas arraigadísimos en nuestra cultura.