Candidatos independientes desafiando al sistema. Lorena Osornio en Ibero 90.9
Un parteaguas para la participación democrática en México se dio en 2014, ya que se incorporó la figura de candidato independiente, un individuo capaz de postularse a un cargo federal (presidencia, senaduría o diputación federal); ciudadanos que sin ninguna afiliación política, contienden por un cargo de elección popular.
Este 2018, por primera vez en la historia de nuestro país, las boletas para todos los cargos federales incluyen candidaturas independientes. El próximo 1 de julio se disputarán más de 3,400 puestos públicos, de los cuales 629 son Diputaciones, Senadurías y por supuesto, el cargo a Presidencia de la República. Cuarenta y siete de estos candidatos son ciudadanos sin partido.
Esta figura viene a refrescar la contienda política de nuestro país, considerada por algunos como un avance de la democracia, obligando a los partidos a repensar sus propias estrategias. En las últimas décadas, ha incrementado el porcentaje de desconfianza en dichos grupos de poder; la competencia de los llamados “independientes” puede renovar el interés de la ciudadanía en el voto.
Para alcanzar dicha candidatura, deben cumplirse ciertos mandatos establecidos en la Constitución y la Ley electoral, mediante un proceso libre y democrático. Es así como un candidato que contiende por un cargo federal debe registrarse ante el INE, y los elegidos de forma local, deben de presentarse ante los Organismos Públicos Locales electorales.
A pesar de que existe una posibilidad inmejorable para recuperar la confianza de los votantes, también es verdad que la posibilidad de acceder a una candidatura —principalmente federal— sigue siendo baja. Este año hubo 187 aspirantes registrados a la diputación, de los cuales solo 20% cumplieron con los requisitos; es decir, solo 39 personas lo lograron.
Es importante recalcar que fueron los viejos partidos políticos quienes hicieron las leyes que han puesto “trabas” a la ciudadanía para lograr alcanzar una candidatura independiente, convirtiéndolo en una meta bastante compleja. Para aquellos aspirantes a la presidencia, se les exigió conseguir la firma del 1% del padrón nacional, equivalente a un poco más de 860,593 votantes distribuidos en los 32 estados que conforman el país. Es algo absurdo, ya que existen partidos políticos que no cuentan ni con 300,000 afiliados.
La Ciudad de México no es ajena a este proceso, ya que la siguiente semana, se elegirá al candidato que tomará las riendas de la Jefatura de Gobierno de la ciudad. A la edad de cuarenta y nueve años, Lorena Osornio, estudiante de la carrera de Derecho por la Universidad del Valle de México, madre de tres niños, empresaria y activista social, logró cumplir con los requisitos necesarios para convertirse en la primera candidata independiente que aspira a encabezar el Gobierno de la CDMX, tras recolectar más de 74,000 mil firmas.
Temas como corrupción, seguridad, educación, movilidad, empleo y corrupción forman parte de su agenda, que a su vez se han convertido en estandarte de su campaña.
Durante la visita de los aspirantes a la Jefatura de Gobierno por la capital en la Universidad Iberoamericana de la CDMX, Lorena se reunió con catedráticos y estudiantes de La Ibero, para dar a conocer su plataforma política.
En Ibero 90.9 tuvimos oportunidad de conversar con ella acerca de algunas de las preocupaciones que tenemos como habitantes de esta ciudad y que ella cercanamente comparte.
Ve el video de la entrevista completa a continuación:
Fotos por Alejandra Mejía