Canción de tumba de Julián Herbert

Por Eduardo de Gortari

Julián Herbert (Acapulco, 1971), uno de los mejores poetas de su generación, acaba de publicar una novela que ya se perfila como uno de los sucesos literarios del año: Canción de tumba (Mondadori, 2012). Ganadora del XXVII Premio Jaén de Novela en España, Canción de tumba es la historia de Guadalupe Chávez, madre del autor, narrada desde el cáncer que le aqueja; a partir de un diagnóstico de leucemia es que Herbert empieza a escribir (a oscuras, junto a la cama de su madre en el hospital) sobre la vida de su madre como si fuera una oscura canción: “Mi madre no es mi madre. Mi madre era la música”. Autor de libros como Kubla Kahn (Era, 2005) y Cocaína (Manual de usuario) (Almuzara, 2006),  Herbert habla en Canción de tumba desde la enfermedad, la relación con sus propios hijos, la violencia del país y sobre todo desde una fiebre que no discrimina entre la realidad y la ficción: “Lo importante no es que los hechos sean verdaderos: lo importante es que la enfermedad o la locura lo sean”.

Emparentada con La invención de la soledad de Paul Auster, Canción de tumba transita entre varios géneros literarios (salta sin previo a viso del poema en prosa a la autobiografía) con tal de atrapar la imagen huidiza Guadalupe Chávez, que en vida tuvo una multitud de nombres y entre tantos oficios, el de la prostitución. Herbert siempre ha tenido la virtud de no distinguir entre supuestos contrarios: si en sus poemas dan lo mismo las referencias clásicas que las letras de rock, en este libro recurre igual al hecho histórico que a la fantasía: para contar la verdadera historia de su madre, toda fuente es válida, todo recuerdo es importante. Porque Canción de tumba es una fiebre de 206 páginas donde transcurren la orfandad, el cáncer, la droga y la pobreza, pero también las formas en que el autor se reconcilia sin melodramas con su vida. Canción de tumba, es más que la mejor novela del año; es libro un brutalmente sincero y desgarradoramente poético.

Demonia de Bernardo Esquinca

Metallica: El Arsenal Completo