Por Miranda Cervantes (@mirandacerflo)
Abatido, indeterminado y asmático, Brian Jones tomó el escenario junto con los Rolling Stones para su última presentación pública el 12 de mayo de 1968.
El concierto que tomó lugar en el Empire Pool de Wembley, Londres, fue el ganador de la votación para espectáculos del New Musical Express, ahí se encontraban los Rolling Stones estirando la mano para recibir el premio como mejor agrupación de R&B. Desde abril del mismo año, el grupo pasaba por una fase dispersa. Conciertos cancelados en Europa y solo una presentación en Estados Unidos, despertaron sospechas en cuanto a sus satánicas majestades.
En este intermedio, la presencia del multiinstrumentista y fundador, Jones, se encontró rápidamente disipada. Siendo víctima de su propio abuso de estupefacientes, la relación con los demás integrantes se tornó conflictiva, tanto en el ámbito creativo como en el personal, llevando a Jones a vivir un infierno en la tierra. En el círculo interno de la banda, la destitución de Brian pudo haber sido escrita en tinta esa misma primavera de 1968. Pero fuera del círculo, las cosas se veían menos plausibles, ya que los problemas del grupo iban más allá de las relaciones interpersonales. Según varios comentaristas, los Stones parecían acabados.
Cualquier retuerzo de manos sobre el futuro de la banda de ese tiempo, causa gracia hoy en día. Ninguna aportación musical se disipó desde que "Paint It Black" arrasó con el ranking, llevando al grupo a un abismo creativo. Alejándose un poco del R&B y adentrándose al pop y a la psicodelia característica del contexto social, se crearon una serie de álbumes que incluían Between The Buttons, Flowers y Their Satanic Majesties Request, de esta manera el grupo parecía perder su momentum.
https://www.youtube.com/watch?v=3A-uqCSKmcU
El panorama de la banda cambió después del show del New Musical Express. El concierto del 12 de mayo de 1968, consistió en un set de dos canciones, (I Can’t Get No) Satisfaction” y el debut de su nuevo single, “Jumpin’ Jack Flash". Esta última salió a la venta 12 días después, haciéndonos recordar las rugientes raíces de los Stones. El escenario se volvió loco. Riffs característicos de esas apabullantes guitarras, el beat incesante de Watts y el look andrógino de Jagger, llevaron a cualquier ateo a creer en el enemigo interminable y afrodisíaco de aquellos que habitan en el Paraíso.
https://www.youtube.com/watch?v=ba4MGT9-bSM&feature=youtu.be
Por desgracia, el rejuvenecimiento y la explosión del grupo no ayudaron a mantener a Jones en el reparto musical, a pesar de haber creado arreglos para Beggars Banquet y Let It Bleed, el genio se declaró fuera de la banda en el verano del 69, meses después fue encontrado muerto en su alberca. Brian Jones, con esa facilidad ante el instrumento y la parte creativa, creó una atmósfera dentro de los Rolling Stones que ningún otro integrante pudo ni podrá lograr. Dando a conocer que el amor por la música, va de mano con la locura.