BREXIT: el proceso de un divorcio anunciado
Consideraciones preliminares
Después de tres años de controversia internacional, el pasado 22 de enero de 2020 el Reino Unido dio por terminado su proceso de escisión de la Unión Europea. A pesar de dolorosos esfuerzos políticos importantes entre ambos bandos, de la sustitución de tres primeros ministros británicos, y 45 años de altibajos en su relación con los demás países europeos, el proceso de salida llegó a su fin.
La desintegración del Reino Unido a Europa ciertamente estuvo polarizada en el diálogo público. Por esta razón, la resolución de esta coyuntura resultó en una situación de opinión dividida: así como se lanzaron vítores al aire para celebrar la supuesta nueva independencia británica, también se lamentó una pérdida de identidad. “Nos vamos de la UE, no de Europa”, dice el discurso de la mayoría absoluta de 52% que votó por el Leave. El 48% de los votantes restante no se ve muy convencido todavía.
Aún hoy, ante la resolución definitiva y categórica del conflicto político, el ambiente de confusión que generó inicialmente este proceso persiste. Para poder entender el proceso histórico que llevó a los ingleses a separarse de la Unión Europea, habría que señalar algunos puntos clave en la cronología del Brexit.
Cronología del proceso de separación
5 DE JULIO DE 1975
La discusión sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea no es nueva. Además de integrarse algunos años más tarde que los demás países a la Comunidad Económica Europea, la primera consulta se llevó a cabo dos años después, bajo la administración de Harold Wilson. La pregunta fundamental del referéndum en 1975 fue la siguiente: “¿Piensa usted que el Reino Unido debería de permanecer en la Comunidad Económica Europea (el Mercado Común)?” En ese entonces, el 75% de la población votó a favor.
23 DE ENERO DE 2013
David Cameron, el candidato para primer ministro del ala conservadora británica, propone durante su campaña de reelección un referéndum nuevo para discutir la permanencia de su país en la Unión Europea. La población británica le da la victoria.
23 DE JULIO DE 2016
Al ser reelegido como primer ministro, Cameron cumple su promesa de campaña. Por segunda ocasión, el Reino Unido organiza un referéndum para definir su permanencia en la Unión Europea. Con un 52% de votos en contra, los ingleses deciden dar término a su relación después de cuatro décadas.
17 DE ENERO DE 2017
Con la entrada de Theresa May como primer ministra británica, se abre una nueva etapa en el proceso del Brexit. Se anuncia que el Reino Unido abandonará la dinámica de mercado único y unidad aduanera con la Unión Europea, de forma que el Parlamento decidiría un acuerdo definitivo con Bruselas. El discurso que abanderó esta decisión se resume como sigue: “Es mejor un ‘no-acuerdo’ que un mal acuerdo.”
29 DE MARZO DE 2017
Theresa May invoca el artículo 50 del Tratado de Lisboa, en el que se establece que un país miembro puede dejar voluntariamente la UE. Con la firma de esta carta, se abren las negociaciones con Bruselas para concretar la salida oficial del Reino Unido.
Sin embargo, este movimiento político debilitó la figura de la mandataria británica frente al Parlamento. Por lo cual, decide adelantar las elecciones generales, las cuales, pierde por mayoría absoluta. Tras su derrota en marzo, May decide hacer negociaciones más suaves con Bruselas para evitar un colapso más duro.
10 DE NOVIEMBRE DE 2017
Se anuncia la primer fecha oficial de salida de la UE: 29 de marzo de 2017, que casualmente empató con el día de derrota de May. La fecha estipulada no se cumplió.
9 DE DICIEMBRE DE 2017
Theresa May firma con Jean-Claude Juncker el primer acuerdo histórico que estipula las condiciones de salida del Reino Unido, siendo el primer país en 60 años por abandonar la Unión Europea. Los puntos destacables del acuerdo tienen que ver con las fronteras entre Irlanda e Irlanda del Norte, el compromiso por garantizar los derechos de los ciudadanos europeos viviendo en el Reino Unido, así como una multa de 45 mil millones de euros a pagar a la UE.
JULIO DE 2018
May propone un acuerdo “suave” para evitar conflictos por las fronteras entre las Irlandas: el Plan de Chequers. Se mantendría el comercio libre entre ambos territorios, a pesar de las fuertes controversias que esta decisión generó en el ala conservadora del Parlamento.
12 DE MARZO DE 2019
Después de una derrota catastrófica por 230 votos en contra de Theresa May, la mandataria viaja a Bruselas para reunirse con Junckers. Consigue una serie de concesiones, por las que Londres decide renunciar a la Unión Aduanera si no hay buena por parte de la UE para la relación futura con el Reino Unido.
La propuesta de la UE no resultó suficiente. De esta manera, se hace un nuevo referéndum, basado en la siguiente premisa: “O hay Brexit duro, o Londres tendrá que pedir una prórroga.” La segunda opción resultó ganadora, posponiendo la fecha de salida para el 31 de octubre del mismo año.
24 DE MAYO DE 2019
Theresa May anunció su renuncia al puesto como primer ministra del Reino Unido, y se despide del país que “tanto ama” con lágrimas en los ojos. La sucede Boris Johnson, siendo el candidato favorito del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
29 DE AGOSTO DE 2019
El Parlamento cierra de manera caótica durante las dos semanas anteriores al 31 de octubre. Johnson toma esta decisión para evitar que su oposición no vetara un Brexit sin acuerdo. Un mes después, se decreta que el cierre del Parlamento fue ilegal, y es considerado un abuso de poder por parte del nuevo primer ministro británico.
17 DE OCTUBRE DE 2019
Londres y Bruselas llegan a un acuerdo técnico después de horas de negociación. La última palabra la tendría Westminster, que tenía ya previsto debatir el proyecto de ley para el Brexit en una sesión extraordinaria. Tres días después, Johnson pide una prórroga para la fecha de salida.
13 DE DICIEMBRE DE 2019
Boris Johnson gana la mayoría absoluta en las elecciones, la victoria más aplastante para el partido conservador desde Margaret Thatcher, con 364 escaños a favor. En el Reino Unido se levanta un ánimo de un nuevo amanecer.
22 DE ENERO DE 2020
El Parlamento aprueba el plan de Boris Johnson, con 330 votos a favor y 231 en contra. Para que entre en vigor, lo único que resta es la promulgación oficial de la reina Isabel II, y el voto del Parlamento Europeo.
29 DE ENERO DE 2020
Los diputados británicos se despiden con lágrimas de sus puestos en el Parlamento Europeo, después de que éste aprobara la escisión definitiva del Reino Unido de la Unión Europea. Se ratificaron las condiciones de salida con 621 votos a favor, y solamente 49 en contra. Guy Verhofstadt, encargado del Brexit en el Parlamento, terminó su participación en el proceso con lo siguiente:
Aura Nájera, estudiante de Relaciones Internacionales de La Ibero, actualmente en Kings College, nos comparte su visión sobre el tema:
Como mexicana, no me he sentido directamente afectada. Sin embargo comparto la tristeza de mis amigos europeos al ver la desintegración de una unión política ejemplar y los crecientes discursos de extrema derecha destacando racismo. Para ser honesta, poco sabía sobre el significado de “Brexit” antes del 23 de junio de 2016. La mayoría de mis amigos europeos no tenían la edad para votar y entre la confusión y el enojo argumentaban por una nueva consulta que incluyera la opinión de los jóvenes teniendo 16 años o más.
Desde entonces han pasado casi cuatro años y el término Brexit se ha vuelto sujeto de burla y polarización. La verdad no creo que nadie haya entendido realmente lo que estuvo pasando todo este tiempo. Aunque lo que sí puedo señalar es la preocupación de las instituciones universitarias. El Reino Unido por mucho tiempo ha sido un atractivo educativo internacionalmente. Sin embargo, aunque todavía destaca, hay muchas controversias internas indicando una pérdida de integridad. En los últimos años ha habido una disminución de aplicaciones europeas, al igual que huelgas por parte de los maestros quienes amenazan su renuncia de las instituciones si no se resuelve el tema de las pensiones.
Pienso que tras las numerosas propuestas fallidas de Brexit y las extensiones del propio proceso, la salida del Reino Unido era necesaria. No porque me agrade la idea sino porque la incertidumbre es peor. La opinión pública en Londres, donde vivo, está en contra de Brexit. No obstante cada vez noto que no es el caso en otras ciudades menos cosmopolitas del país, ni que se trata de una opinión exclusiva a una clase conservadora o blanca.
En efecto, muchos de los votantes a favor del Brexit fueron los descendientes de inmigrantes que no han concluido una integración socioeconómica a pesar de ser segunda o tercera generación. El pasado 31 de enero pasé enfrente de 10 Downing Street y de Westminster Parliament donde quienes votaron por “Leave“ celebraban “Independence Day”. Me pareció irónico escuchar argumentos racistas hacia el tema inmigratorio en un país ex-colonizador donde la mayoría de sus inmigrantes son no-europeos y que hace parte de los países con menos crisis de refugiados en Europa.
Pero basta con ir al súper para darse cuenta de que la gran mayoría de los productos consumidos son importados y que el mercado interno no es lo suficientemente fuerte para ser sustentable. Hoy el Reino Unido está fuera de la Unión europea pero hasta los más optimistas no pueden negar los grandes retos que se aproximan. ¿Cómo se va a gobernar con un parlamento profundamente dividido? ¿Qué va a pasar con la frontera con Irlanda que está reviviendo fantasmas del pasado? ¿Se van a continuar los esfuerzos firmados bajo la agenda ambiental de la Unión Europea? ¿Si el Reino Unido crece económicamente buscarán otros países europeos salirse de la Unión? ¿Si su economía declina intentará reforzar nuevamente sus vínculos con Bruselas? Como estudiante de Relaciones Internacionales concluyo que ningún país puede sobrevivir sin cooperación bajo una creciente globalización e interdependencia.