'Blonde' la colección de memorias de Frank Ocean

El pasado 10 de julio, channel ORANGE cumplió cuatro años de haber salido al mercado. Con su disco debut, Frank Ocean dejó enamorada a la prensa especializada, además de crear una base de fans que lo siguieron durante todo este tiempo de sequía musical. Tumblr fue el medio que Ocean ocupó para dar algunas pistas sobre su segundo material de estudio. Fue un juego tedioso lleno de misterio, pero al final, Frank sacó dos discos en menos de 48 horas: el primero de ellos con un mini film y el segundo con una revista.

Este fenómeno es la muestra del constante cambio en la industria musical. Los artistas se han olvidado de los formatos tradicionales, ya sea por su sed de mostrar al mundo sus obras de arte de forma repentina o por un aspecto comercial basado en la exclusividad de los servicios de streaming. De hecho, la versión física de Blonde que viene con el fanzine Boys Don’t Cry contiene un par de tracks que la edición digital no; muestra del agradecimiento del músico para quienes pasaron por su pop up store.

Blonde comienza de forma sorpresiva. En las primeras estrofas de “Nikes" la voz de Frank Ocean se escucha distorsionada  por el autotune. Este detalle suena lógico al entender la primera canción como una forma de ironizar sobre el aspecto materialista que abordan el hip hop y R&B contemporáneos. Aquí, Frank hace un breve pase de lista a los personajes fallecidos en su ausencia: A$AP Yams, Pimp C y Trayvon Martin, joven afroamericano que fue asesinado de forma violenta hace algunos años, por la edad del joven fallecido, Ocean, se siente identificado con esa historia.

Muy temprano en el álbum, se hace presente un skit singular. Es una nota de voz de una madre angustiada en la que advierte de los peligros de las drogas a su hijo. Frank hace caso omiso y para el siguiente track comienza a hablar sobre el uso de la marihuana. “Solo”, a pesar de su título, es una de las canciones más alegres de Blonde; en ella el cantante californiano describe su experiencia con la soledad haciendo múltiples referencias a estar bajo la influencia de marihuana.

FRANK OCEAN

Frank Ocean explora un sonido diferente al que los escuchas estaban acostumbrados. Ahora, las guitarras son las principales protagonistas en muchas de las canciones. Los temas cuyo enfoque es en el amor, toman un mayor grado de calidez y melancolía gracias a este pequeño cambio en la instrumentación. “Ivy” y “Self Control” tienen un sonido soul tan suave y profundo, que crean un remolino de emociones. Las letras llegan a ser dulces a un punto máximo, unas cuantas palabras más y Frank habría llegado a ser demasiado cursi...

André 3000, rapero que forma parte del grupo Outkast, es el toque de rap del último disco de Frank Ocean y llega como un terremoto a destrozar todo a su alrededor. “Solo (Reprise)” es un interludio de poco más de un minuto en donde el rapero de Atlanta culmina el trabajo iniciado por Frank desde hace un rato. En este corto periodo de tiempo, André escupe 290 palabras con un flujo endemoniado demostrando que es uno de los MC’s con mayor habilidad lírica en el mundo del rap.

En los últimos meses, el nombre de Frank Ocean estuvo presente en los créditos de algunos discos de otros artistas, provocando incertidumbre entre los fans sobre la fecha de salida de un material propio. Para esta grabación, muchos de esos músicos y cantantes devuelven el favor con colaboraciones en Blonde. Beyoncé sirve de corista en “Pink + White”, mientras que el bromance entre Ocean y Blake sigue vigente. Kendrick Lamar aparece en “Skyline To” para decir un par de palabras. Otras de las colaboraciones estelares es el track a cargo de Jonny Greenwood, a quien se le puede atribuir el frecuente uso de las guitarras en diversas canciones.

Dentro de los invitados se encuentran también personajes fallecidos de la industria musical como David Bowie y Elliot Smith (sic). Para el final del disco, se encuentra un pasaje sombrío donde Ocean cae en un vacío emocional difícil de llenar. La desilusión se hace evidente en “Seigfried” canción que usa el coro de “A Fond Farewell” de Elliott Smith. En ella, Frank Ocean describe la crisis existencial por la que atravesó.

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Fue a partir de “Swim Good” en su mixtape debut nostalgia, ULTRA, que Frank deja ver la influencia depresiva y hasta cierto punto suicida que Smith dejó en sus letras más oscuras. Otro factor recurrente dentro de Blonde, y que aparece en esta canción, es la referencia al nirvana, como si este disco fuera parte de un proceso de liberación espiritual.

La importancia de Blonde en la industria musical puede llegar a ser colosal y el disco generó diversas reacciones en los colegas de Frank. Vince Staples criticó severamente a los fans del artista por exigirle sacar un nuevo material discográfico con tanta intensidad. En entrevista con Zane Lowe para Beats 1, Staples señaló que: “los artistas han dejado su carácter de persona cuando hacen música, ahora sólo son un link”.

Otro aspecto a recalcar es la rebeldía de Frank Ocean con su disquera, Def Jam, con la que firmó por dos discos. Blonde salió en streaming exclusivo por Apple Music, además de ser editado por Boys Don’t Cry, sello discográfico de Ocean. Billboard reportó hace algunos meses que la grabación del nuevo disco le había costado a Def Jam 2 millones de dólares. Frank le vendió los derechos de exclusividad de Blonde a Apple y con eso logró saldar esa deuda con la antigua disquera, así que ganó los derechos de su grabación. Al lanzar antes Endless, segundo álbum vía Def Jam/UMG, quedó libre de todo lazo laboral con la disquera.

A pesar de la avalancha de hype que surgió a raíz de su lanzamiento, Blonde es un parteaguas en el ámbito artístico. Se trata de la colección de memorias de un hombre durante la transición de adolescente a adulto. Atrás quedaron las dudas con su sexualidad, las drogas y el amor; ahora experimenta el sentir en cada momento. En la evolución de su sonido desde channel ORANGE, Frank se muestra feliz, soñador y lleno de esperanza, pero de pronto se interna en un callejón oscuro donde sus fantasmas lo persiguen. El resultado final aclara que los chicos sí lloran, pero esas lágrimas son el bálsamo más efectivo para curar un corazón roto.

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