¿Por qué necesitamos un Nuevo pacto ambiental?
Texto por Luis Manuel León Hernández
Día con día, ciudades y personas en todo el mundo viven con los riesgos de la crisis climática. Esos son los casos de la Ciudad del Cabo, Sudáfrica, que carece de suministro de agua potable o Yakarta, Indonesia, que ante el deshielo y el aumento del nivel del mar, el gobierno ha tomado la decisión radical de mover la capital para antes de 2050 hacia la zona selvática de Borneo.
De acuerdo con el Objetivo 13 de la Agenda 2030, las catástrofes ambientales alcanzan los cientos de miles de millones de dólares, asimismo, entre 1998 y 2017 tomaron la vida de 1,3 millones de personas.
La realidad distópica en la que nos encontramos parados parece salida del set cinematográfico de Blade Runner 2049, en donde los rascacielos se difuminan entre el brumoso cielo anaranjado de California y la impotencia humana, pero también bajo la retórica de presidentes escépticos al calentamiento global.
Desde 2019 hasta la fecha, en Australia han ardido 63 mil kilómetros cuadrados, las vidas de 500 millones de animales y 50 personas. Los incendios también azotan a la amazonia brasileña en los últimos meses. Algunos mandatarios como Angela Merkel y Emmanuel Macron han lanzado un llamado para acelerar la transición hacia una economía sustentable y de cero emisiones.
La propuesta de un Nuevo Pacto Ambiental es un objetivo que se persigue en Estados Unidos y en la Unión Europea. Por un lado, el activismo de la congresista y el senador demócratas, Alexandria Ocasio Cortez y Ed Markey, que introdujeron en 2019 una resolución en el poder legislativo estadounidense denominada Green New Deal. Mientras tanto, la Comisión Europea desarrolló el European Green New Deal, que apunta a convertir a la Unión en el primer bloque climático a nivel internacional para 2050.
La resolución del Green New Deal describe las posibles amenazas que afectarán a los Estados Unidos y el mundo al no comprometerse aceptar este nuevo contrato socio-ecológico; estima que se podría generar una pérdida mayor a los 500 mil millones de dólares en la producción económica anual de los Estados Unidos para el año 2100, masivas migraciones climáticas, el deterioro del 99% de los arrecifes a nivel en el mundo y poner en riesgo la vida de 350 millones de personas alrededor del planeta.
El Green New Deal pretende fortalecer a la economía estadounidense por medio de la creación de millones de empleos verdes remunerados dignamente y el desarrollo de infraestructura sustentable. Además, convertir a los Estados Unidos en una nación de “cero-emisiones” y promover la justicia y equidad para las comunidades vulnerables e históricamente oprimidas: migrantes, indígenas, de color, rurales, desindustrializadas, mujeres, trabajadores de bajos ingresos y adultos mayores.
Mientras tanto, el European Green Deal ha desglosado la Ley Europea Climática, que promueve la inversión en tecnologías respetuosas con el medio ambiente, implementación de formas de transporte público y privado más limpias, baratas y saludables, descarbonización del sector energético y trabajar con socios internacionales para mejorar los estándares ambientales globales.
Asimismo, la búsqueda del presidente chino, Xi Jinping, por la civilización ecológica tiene como objetivo reemplazar al carbón y la metalurgia por componentes limpios. Es una realidad que las cuestiones ambientales van generando un creciente interés en la sociedad globalizada, sin embargo, aún falta sumar esfuerzos en todo el mundo.
Por ejemplo, América Latina no cuenta con iniciativa regional y a nivel individual, México y Brasil, “líderes de la región,” mantienen la apuesta por el petróleo y la agroindustria, a costa de las zonas naturales como son los manglares de Tabasco y la Amazonía brasileña, incluyendo la contaminación del aire a causa de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero de ambas industrias.
El cambio por un modelo económico sustentable con el medio ambiente y con justicia ambiental para todas las personas es una tendencia global. La emergencia de nuevos pactos ambientales promueve a gran escala el uso de las energías renovables. A nivel local, reconocer a las comunidades vulnerables ante la crisis ambiental. Pero a nivel global es cumplir con los Acuerdos de París, que comprometen a los Estados firmantes a reducir sus Gases de Efecto Invernadero y evitar el aumento de la temperatura global por encima de los 1.5 grados centígrados para 2030.
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