Balmorhea @ Lunario

Fotos por Alejandro Compeán  

Dos realidades completamente diferentes sucedían a pocos metros de distancia. Por un lado, la gente saturaba el Auditorio Nacional para disfrutar de Emanuelle y Mijares, mientras que lentamente el Lunario se llenaba para disfrutar a Balmorhea una banda que sorprendemente tocaría en suelo mexicano gracias a Ordinary People. Lo importante era que ambos eventos harían felices a sus espectadores sin importar su magnitud.

Los asistentes a un concierto pequeño se encuentran acostumbrados a disfrutar de la música sin ningún elemento visual. Un buen detalle fue que el escenario se encontraba adornado por hojas secas en el suelo y 2 mobiliarios que representan árboles.

A pesar de ser la banda abridora Joaquín García & The Local Universe atrajo a un considerable fanbase gracias a un folk que recuerda a Bright Eyes. “Already” empezaba con un ligero saxofón, y culminaba con la voz de García llegando a tesituras elevadas. Por otro lado,  “It's been said” evocaba a Iron & Wine, y fue la más coreada por el público. Se puede decir que Joaquín García & The Local Universe fue el condimento perfecto para empezar una velada de ensoñaciones.

El momento llego, y los 6 multiinstrumentistas que componen Balmorhea ocupaban sus respectivos lugares. “Days” fue lo primero en sonar haciendo que el público se magnetizara sonoramente e imperara un silencio sepulcral en el recinto. Luego sin pausa alguna llego “Masollan” una composición sosegada que es parte de Stranger –la nueva producción de la banda–. “Settler” dio continuidad al ambiente tranquilizador, y hacía que el público se meciera lentamente mientras cerraba los ojos.

Aunque fácilmente se podría pensar que la actitud de la banda sería muy sobria debido al tipo de música que interpretan, la banda rompía la cuarta pared contando sus aventuras en  la Ciudad de México (destacando la inmensa cantidad de mariachis en Garibaldi, y cuando pagaron una fortuna en un restaurante para utilizar una maquina de toques). Uno de los highlights de la presentación fue cuando Rob Lowe dijo: “Ahora vamos a tocar una canción de un estado de México”, y sonó el choque fuerzas que crea “Coahuila”. Por otro lado, “Fake Fealty” destacaba gracias a una tendencia post-rock, el constante cambio de instrumentos entre los integrantes, y el uso de un creciente reverb cuando la composición llegaba al crepúsculo.

Después llegó la parte triste del recital, ya que gran parte del público se comportó de manera nefasta y se puso ha hablar como si estuvieran en un precopeo cualquiera. Por este motivo, mientras Balmorhea interpretaba “Jubi”, “Artifact”, y “Shore” existía un terrible washawasheo de fondo.

La atención del público volvió gracias a los sonidos tropicales que emergían de “Pyrakantha”.  Para finalizar, durante el  encore ocurrió la conjunción de “Truth” y “November 1 1832”, que  fue lo que se llevó la noche gracias a una interpretación que hizo soñar a más de una persona, y que terminó con el sublime coro a-capella de todos los integrantes de la banda.

El concierto Balmorhea fueron 100 minutos de quedarse sin aliento, y de confirmar el sentido mágico de la música.

Diplo @ Foro Reforma

Nadie la pudo parar