Foto por Ana Camus.
Oaxaca es cuna de una rica diversidad cultural. A lo largo y ancho de su territorio se llevan a cabo incontables celebraciones que retoman sus raíces prehispánicas para dar pie a festejos que de acuerdo a cada región, tienen un colorido particular. El Istmo de Tehuantepec es una zona con un pasado histórico lleno de costumbres y tradiciones que hasta el día de hoy siguen siendo parte importante de las familias oaxaqueñas. En ese contexto, Los Muxes son parte fundamental de la preservación de la cultura zapoteca que habitó este sitio en la época prehispánica
Los muxes son hombres istmeños que asumen el rol de mujer de forma física, social y sexual. A través del legado cultural prehispánico, los habitantes del Istmo de Tehuantepec lo asumen como un tercer género que disfruta de su identidad sexual de forma plena, con derechos y obligaciones. La cosmovisión zapoteca ya tenía un concepto para la diversidad sexual que hoy conocemos como comunidad LGBTTTI.
Foto por Pedro Pérez Álvarez.
Caso contrario a otras partes del mundo donde la homosexualidad es mal vista y objeto de discriminación por parte de la sociedad, en poblaciones como Juchitán, Oaxaca, la comunidad ve con respeto a este sector de la población que aporta en gran manera a economía, cultura y tejido social, todo con el fin del crecimiento del pueblo.
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Cada noviembre desde hace 40 años, Juchitán es sede del concurso de belleza llamado la Vela de las Auténticas Intrépidas Buscadoras de Peligro donde se reúnen muxes de todas partes del país con el fin de divertirse y pasarla bien. Las calles del poblado se llenan de colores brillantes, flores y cientos de muxes que desfilan muy contentos de mostrar lo orgullosos que están por sus raíces. En este municipio del Istmo Oaxaqueño, los muxes son pilares de su comunidad; un factor importante que influye en la aceptación de la homosexualidad por parte de sus habitantes radica en que tienen un rol específico en su familia: hacerse cargo de sus padres cuando envejezcan.
Foto de NOFM.
La comunidad zapoteca ve con malos ojos las relaciones entre muxes, por esa razón a ellos se les prohíbe tener algún tipo de relación amorosa, formar un hogar con su pareja es imposible. Aunque su papel puede percibirse como un tanto injusto, los muxes lo asumen de corazón, se quedan en casa de sus padres a cuidarlos, trabajan por el sustento de sus hogares y ayudan a sus hermanos con sus respectivas familias. El ambiente de respeto y tolerancia que se respira en poblados como Juchitán es una muestra del avance en nuestra sociedad por erradicar la homofobia, mal que ha marginado a la comunidad LGBTTTI desde hace cientos de años.