Un evento lleno de colorido, sabores y texturas no podría haber tenido un mejor final. El tercer día de actividades del Festival Francés de Acapulco, nos dejó una muestra de talento, belleza, texturas para el paladar, pero sobre todo de la gran hospitalidad de la gente del puerto.
El nombre Acapulco proviene del náhuatl: Acatl, Poloa, Co, que significa “Lugar de las cañas quebradas” pero, los españoles lo entendieron como… Acapulco. Es difícil precisar cómo hubieran nombrado los franceses a estas tierras incógnitas de haber sido ellos los colonizadores de América.
El Festival Francés de Acapulco inició como un festival de cine. Con el paso del tiempo se transformó en una fiesta que pretende la difusión de la cultura gala en la ciudad, el destino mexicano de playa más conocido en Europa.
En entrevista para Ibero 90.9 Karim Gilles, Director del Festival, nos comentó:
“Los proyectos dentro del festival pretenden tener un impacto directo en la sociedad mexicana, en particular en la guerrerense”.
Entre estos proyectos encontramos la proyección de exportar fibras de amuzgo guerrerense, creación netamente artesanal e indígena; en la parte musical, se convocó a través de redes sociales a un concurso de DJ’s –donde Ibero 90.9 fungió como juez-, el ganador tendrá la oportunidad de presentarse en el Festival Latinoamericano de cine de Biarritz en septiembre próximo.
El Museo Fuerte de San Diego alojo el performance titulado Diálogo con la danza que corrió a cargo de la compañía Hervé Koubi donde tuvimos oportunidad de apreciar un espectáculo del bailarín francés Giovani Martinat. Dando una muestra de danza contemporánea, que tuvo como tema principal la trascendencia del hombre en el espacio tiempo y el cómo enfrenta diversos procesos para poder llegar a este proceso metafísico.
Por la tarde La Quebrada, punto emblemático de la ciudad acogió una serie de actividades, en el marco del “FF”. Famoso por su acantilado de 45 metros de altura, desde 1943 día a día atrae a cientos de turistas ávidos de observar la valentía de los clavadistas que realizan un show de precisión, al calcular el momento exacto en que deben de aventarse al vacío, arriesgándose a chocar contra las rocas que se encuentran a baja altura. Este lugar fuese visitado por grandes personalidades como Frank Sinatra y Ava Gardner.
La plazoleta de este sitio espectacular, fue el escenario ideal para instalar un tianguis gastronómico “Fête de Crepas” en el cual se ofrecían platillos y bebidas de origen tanto francés como local. A pocos metros del lugar una pantalla de cine al aire libre, proyecto durante dos días Bamako Saint-Afrique, Camille Redouble y Les garçons et Guillaume, à table! cintas correspondientes al Tour de Cine Francés y el sexto Tour de Cortometrajes de Eurochannel, FICUMAN.
El conjunto de música francesa “Folie Musette” lleno de tonos dulces la tarde deleitando a los presente con sus melodías, al tiempo que la tarde moría en el horizonte.
El mussette es un tipo de vals que tiene su origen en París durante la primera mitad del siglo XX. Considerados como los años dorados del acordeón francés, en la música contemporánea de las galias. El dueto formado por la cantante y acordeonista, Alexandra Beugnet y el guitarrista clásico Elliot Sandín, Folie Musette es un proyecto joven que está por grabar su primer material. Su propuesta busca rescatar al género del musette del olvido, trayéndolo a las nuevas generaciones.
Luego de su presentación en la explanada de La Quebrada ante un centenar de personas, Folie Musette ofreció un peculiar showcase en el autobús que transportó a invitados rumbo al evento final del FF .
La noche se hizo presente y con ella el cierre de actividades del decimotercer Festival Francés de Acapulco, teniendo como marco el Club Deportivo de Acapulco “Punta Sirena”.
La “Danza de los Tlacololeros” la cual tiene su origen en la ciudad de Chilpancingo (Guerrero), fue la encargada de dar la bienvenida en el recinto a los invitados a este cierre. Este baile recupera elementos del México prehispánico. Es musicalizado con un pequeño tambor y una flauta. Y su objetivo es honrar y pedir al dios Tláloc (Dios de la lluvia) por una buena cosecha.
La trama de la danza consiste en la persecución y castigo de un ocelote mexicano que pone en riesgo las cosechas en el tlacolotl (porción de terreno cultivable de un cerro).
Una noche especial tenía que concluir de una forma única, la chef y anfitriona de la noche Susana Palazuelos, una de las promotoras de las tradiciones y gastronomía de Acapulco en conjunto con Monogram deleitaron a los asistentes con una selección de gastronomía guerrerense y francesa, que incluyeron: Chilapitas de Chile morita en Nogada, Rollitos de Salmón, Quesadillas de Queso con salsa de molcajete, Chucharitas con Coctel de Pulpo o Ceviche Acapulco, Tamales de Chipil, Tortitas de Huazontle, Shot de Vichyssoise, Piña Gilbert con Chartreuse servido en concha morada platillos maridados con el vino y champaña francesa. Un verdadero deleite al paladar
El sitio se llenó de glamour con el desfile de modas de las diseñadoras mexicanas Paulina y Malinalli, inspirado en el bordado amuzgo de Guerrero, que conservan el eclecticismo de las tradiciones enraizadas en los lugareños combinado con la vanguardia de la alta costura. El maquillaje corrio a cargo de Centre des Arts et Tecniques de la Coiffure conocido como Cat Philippe Vanta y de Alfaparf Milano
La vestimenta amuzga se caracteriza ampliamente por sus coloridos y predominantes bordados en colores cálidos como el escarlata o naranja, sobre el fondo de tela blanca o de colores tenues, como el rosa, turquesa o morado.
La colección llamada Afinidad Humana, constó de 28 piezas inspiradas en prendas base, creadas por artesanas indígenas del estado Guerrero, aunque las gemelas Paulina y Malinali trabajan con artesanas textiles de todo el país, está ocasión fueron invitadas para crear esta colección que rinde tributo al estado.
Esta compilación de prendas fusiona la forma de vestir de la región del suroeste del estado de Guerrero, con coordinados que actualmente continúa en tendencia como los jumpsuits, convirtiendo algo tan simple como las ombligueras, en una pieza de alta costura.
Dichas piezas se encuentran dirigidas a un público que guste de vestir con el trabajo de manos indígenas y que sepan que en su clóset tendrán una obra de arte. En entrevista para Ibero 90.9, las diseñadoras Paulina y Malinali afirmaron:
“Existe actualmente una falta de identidad propia en el diseño de modas nacional, ya que la mayoría de los creadores mexicanos voltean a ver a los estilos europeos, en vez de hacer una introspección en nuestras raíces”.
Hasta aquí nuestra cobertura de este Festival Francés, que en este su décimo tercer aniversario, ha logrado reunir una amplia selección de expresiones artísticas de dos regiones costeras, enalteciendo las tradiciones del estado de Guerrero y que se consolida a Acapulco como una ciudad cosmopolita.
Au revoir Acapulco...