Cualquier estado emocional puede ser activado por la música: 'As The Love Continues' de Mogwai
El amor es un incendio que inconscientemente no queremos apagar. El corazón es flama durante sus horas más sublimes y el calor sigue en la piel cuando el enamoramiento se ha extinguido. A veces un amor es lo único que nos permite salir a flote durante duras temporadas. La música es nuestro amor imperecedero. Pueden cambiar las canciones o artistas, pero siempre tenemos las melodías para sacarnos una sonrisa. En tiempos de incertidumbre como el que vivimos actualmente no existe mejor manera de expandir el amor que haciendo un disco largo lleno de valles para perdernos.
Con veinticinco años de carrera, Mogwai estrena su décimo disco As the Love Continues (Rock Action, 2021). La producción del disco fue conflictiva debido a la pandemia de la COVID-19, ya que el productor del álbum Dave Fridmann tuvo que trabajar de manera remota. Esto llevó a la banda a tener un periodo de composición más eficaz debido a que no existían distracciones. En una reciente entrevista con Tone Deaf el guitarrista Stuart Braithwaite habló de la capacidad de su música de generar escapismo: “Siempre pienso que la música es el mejor elemento de escape […] es un instante que permite alejarse de lo cotidiano”.
Con As The Love Continues la banda de Glasgow ha creado un intenso material que tiene la capacidad de convertirse en una obra de culto como Mogwai Young Team (Chemikal Underground, 1997), Mr Beast (Matador Records, 2004) o Hardcore Will Never Die, but You Will (Rock Action, 2011). La producción destaca por la creación de diversos instantes de sinestesia y por demostrar que la generación de música épica no es solo una característica de la música de cámara.
El óxido de las vías del tren crujen durante “To The Bin My Friend, Tonight We Vacate Earth” donde la expansión del arpegio de guitarra navega en ondas de telecomunicación sideral. Una de las métodos comunes de Mogwai es crear capas de sonido infinito como ocurre en “Here We, Here We, Here We Go Forever” cuya principal oscilación es el sintetizador de Barry Burns o en el gentil sencillo “Dry Fantasy” que permite soñar con expediciones de luciérnagas deslumbrantes. La cumbre del tema sucede dentro del eco paisajista de guitarras creadas en comunión por Stuart Braithwaite y Dominic Aitchison; los sonidos de cuerda rasgan la piel con chispas luminosas guiadas por una programación de latidos electrónicos.
La única canción del álbum donde la letra tiene un rol central es “Ritchie Sacramento”. La composición disminuye el ambiente de eterno noise para atravesar una armonía ideal para la desintegración del cuerpo como núcleo del espíritu: “My oldest friend that I barely knew / So much fun hanging around in the dark / You stop time”.
Los escoceses expertos en crear temas que funcionan como recetas precisas para el escapismo como “Drive The Nail ” qué es una sesión rítmica para sacar el coraje acumulado o la sincopada “Pat Stains” cuyo fulgor surge gracias a las colaboración del saxofonista Colin Stetson para crear un entorno cinemático lleno de sombras profundas. La reflexión innata de la banda subsiste en "It's What I Want to Do, Mum" donde los redobles de Martin Bulloch permiten recordar el sube y baja de “Mogwai Fear Satan”.
Con As the Love Continues Mogwai logra enseñarnos que las palabras no son necesarias para expresar sentimientos. Cualquier estado emocional puede ser activado por la música. La sensación de experimentar emociones a partir de la concatenación armónica de acordes y redobles es un vaivén onírico único de las canciones de la banda escocesa.
