Amor, desamor y autodestrucción en lo nuevo de Lana Del Rey

Amor, desamor y autodestrucción en lo nuevo de Lana Del Rey

Foto vía GQ Magazine

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El sexto álbum de Lana Del Rey poco se distingue de la música a la que nos tiene acostumbrados. Ni sus letras, ni su música, ni su mensaje contrasta radicalmente con sus entregas anteriores. Y quizá esto sea lo más transgresor de su nuevo disco.

Con el título de Norman Fucking Rockwell! (recordando el nombre del ilustrador estadounidense), el trabajo de Lana Del Rey nos sumerge con cada canción en aguas californianas de melancolía, amor, añoranza, y muchos contrastes. La artista se ha mostrado coherente a pesar de que casi ha pasado una década desde su homónimo álbum debut.

Los símbolos patrióticos que utiliza la cantante en su discurso han permanecido, basta ver la portada del disco en donde aparece la bandera de Estados Unidos al fondo, pero muchas cosas han cambiado en aquel país. Pareciera ser que la polarización política a la que los artistas deben sumarse para complacer a los críticos no ha alcanzado a Lana Del Rey quien, a pesar de mostrar su apoyo ante las denuncias del #MeToo, ha marcado su distancia del feminismo. Es esto algo que sigue distinguiendo a la cantante en un nicho único.

Con letras que hablan de amor, desamor, y masoquismo, Lana Del Rey no se ha subido a la tendencia del “empoderamiento” y la “guerra de los sexos”, sino que ha mantenido una postura honesta al escribir sobre amores mutuamente destructivos y relaciones tóxicas sin victimizarse o hacerse la dominante. Claro que esto le ha ganado varias críticas.

Foto vía Vanity Fair

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Elizabeth Woolridge Grant (nombre real de la cantante), ha configurado a su personaje para ser algo así como una versión californiana de Bukowski con corona de flores, concepto que distingue a este álbum y deberá seguir complaciendo a sus fans con tendencias autodestructivas -bueno y a las que no las tienen también.

Con versos fuertes como “if he is a serial killer then what's the worst that could happen to a girl who's already hurt”, Lana Del Rey refuerza la madurez de sus composiciones acompañando su voz con pianos que pintan aún más melancólicos los tonos del disco. Algo que pareciera más propio de una tarde de lluvia que de los típicos paisajes de California.

El lanzamiento del disco ha sido acompañado por el video de Doin’ Time (aunque comenzaron a salir sencillos desde el año pasado), en donde Del Rey nos recuerda escenas propias de “Attack of the 50 Foot Woman” (El ataque de la mujer de 50 pies).

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