'A Weird Exits' - Thee Oh Sees

A Weird Exits es uno de esos discos que te atrapa desde la portada, una imagen reminiscente a la portada de un viejo VHS de película de terror, y lo que Thee Oh Sees ofrecen con este álbum no es menos atractivo. A poco más de un año, la banda de John Dwyer y compañía presenta su más reciente material, ocho temas que –a pesar de no capturar la energía que tienen como banda en vivo– sí exploran muchos sonidos que resultan novedosos para el grupo de San Francisco. Como siempre, Thee Oh Sees rompe el esquema tradicional para una banda como se esperaría: lanzar un disco, salir de gira, repetir ad nauseam... En lo que va del año sacaron al mercado un sencillo con temas de las sesiones del disco anterior, y en julio un disco en vivo grabado en su ciudad natal. Ahora el 12 de agosto de 2016 los californianos traen este material enfundado con arte de Robert Beatty, que nos muestra un pasillo casi en ruinas, y de cuyas esquinas nos podrían saltar peligros inimaginables; arte que se podría comparar al trabajo de Beatty para Dracula Lewis o Hair Police.

Under the Radar

Ya desde mayo de este 2016 Thee Oh Sees amenazaba con lo que se venía, con el estreno de “Plastic Plant”, uno de los temas con más tintes psicodélicos del disco, y sin duda uno de los más potentes. Y no podríamos esperar menos, pues esta nueva alineación que acompaña a Dwyer está totalmente cimentada en una explosión de sección rítmica, pues ya para el momento de la grabación estaba ya conformada por Dwyer en la guitarra, voces y teclados, Tim Hellman en el bajo (quien ya había participado desde el disco anterior), y los bateristas Ryan Moutinho y Dan Rincon, quienes dan vida a la última de varias alineaciones que han acompañado a Dwyer desde 2003.

Es muy difícil llevar una cuenta de toda la discografía en estudio de este proyecto. Contando los trabajos de Dwyer como OCS y Thee Oh Sees, A Weird Exits es el número diecisiete; el onceavo como Thee Oh Sees en tan sólo ocho años. Y de verdad no decepciona. Es una banda constante, y no sólo en su producción, sino en la recepción de la crítica. Siempre tienen buenas reseñas, y es evidente por qué. Sin ningún hilo conductor que conecte a las canciones (tal vez exceptuando a “Jammed Entrance” y “Plastic Plant”), A Weird Exits es un disco que no tiene puntos bajos en cuanto a calidad de lo que se esperaría. Aunque quizá muchos podrían decir que en cuestión de intensidad queda un tanto flojo al final, ya llegaremos a ello.

Arranca –y creo que no hay mejor palabra para describir el inicio del disco– con “Dead Man’s Guns”, un tema que combina unos riffs del garage de mediados de los noventa con pasajes un tanto menos explosivos de los principios del género. Es una canción que independientemente de los guitarrazos, es más bien ágil, rápida... concisa, digamos. Tres minutos y medio implacables, en los que pensaríamos no va a haber un descanso.

https://www.youtube.com/watch?v=agZqIr37rmE

Le sigue “Ticklish Warrior”, en la que se notan dejos más psicodélicos, aunque la guitarra de Dwyer no se aleja de las distorsiones por mucho, y cuando lo hace presenta unos fraseos que se entrelazan de maravilla con el ataque de los dos bateristas y Hellman. En el siguiente corte ya entran a terrenos más cercanos al rock progresivo, a ratos reminiscentes del Yes del Close To The Edge, pero en esteroides. “Jammed Entrance” suena mucho como una posible introducción a “Plastic Plant”. Aunque, como ya mencionamos, esta última había sido estrenada en mayo, adquiere una nueva vida al estar acompañada de la pieza anterior.

En “Jammed Entrance” nos enfrentamos a un instrumental que gira por completo alrededor de la línea de bajo de Hellman y los golpes de Rincon y Moutinho, y Dwyer parece jugar con teclados y sintetizadores, dejando de lado su guitarra y tomando el lugar de Brigid Dawson detrás de las teclas (aunque ella regresa como acompañamiento de voces, afortunadamente). Aunque en una primera escuchada, no parezca que estas dos canciones no tendrían nada que ver, justo el corte entre una y otra hace que parezcan partes separadas de una misma. De nuevo Dwyer acomoda las partes de la guitarra alrededor de lo que bateristas y bajista dejan como base.

Después de esta suerte de break, regresan los riffs y gritos más familiares en la banda. En “Gelatinous Cube” los cuatro músicos no parecen dejar nada al azar, ni hay parte que domine a las otras. Es un ataque directo a los oídos, sin importar cómo lo escuchemos. Después de este frenesí, nos brindan un instrumental más, ahora los teclados toman un lugar de acompañamiento, y Dwyer regresa con una guitarra con la que alterna distorsiones y sonido limpio cada vez que suena el sintetizador en “Unwrap the Fiend pt.2”.

Esto da paso a un cierre que no podría ser considerado menos que épico. “Crawl Out From The Fall Out” es una canción de casi ocho minutos en la que Thee Oh Sees muestra un lado mucho más tranquilo de lo que se había venido escuchando no sólo en discos anteriores, sino en este mismo. Una base en la que predominan guitarras, platillos, y teclados, acompañados de un arreglo que parece como si se les hubiera unido una hueste de músicos clásicos, la voz adquiere un tono un tanto funéreo, casi apenas un susurro.

Regresando a una línea de progresivo, “The Axis”, en cuyo fondo explota lo que asemeja un órgano de iglesia, brinda una suerte de cierre apropiado, una clara señal de que aquel recorrido ha terminado. Pero es también un final que podría decirse queda abierto a interpretaciones... un “Continuará” con el final con las guitarra distorsionada y un delay que deja un saborcito que nos hace desear más de lo que nos puedan ofrecer en un futuro, y un recuerdo de todo lo que queda atrás para regresar cada vez que queramos.

https://www.youtube.com/watch?v=W-Ac65av5t4

A Weird Exits sin duda muestra todas las posibilidades que una banda como esta podría tomar, que muestra que a pesar de que ahí están las raíces psicodélicas y del punk-garage, Thee Oh Sees es un grupo que no teme experimentar por todas las vertientes con las que se topen.

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