9 Momentos Icónicos de Lollapalooza 2015
Flying Lotus y la explosión cerebral.
Los asistentes al festival Ceremonia 2015 no dejarán mentir: Flying Lotus es uno de los actos más alucinantes y poderosas circulando ahora. Presentándose esta vez desde un medio teseracto (es decir, un cubo dentro de un cubo), Steven Ellison cercenó los ojos y cerebros de los asistentes con potentes visuales, una propuesta tridimensional y una mezcolanza sónica digna de los sueños más aleatorios y claustrofóbicos; De Dr. Dre a música de Final Fantasy, de Kendrick Lamar a Ryuichi Sakamoto. Flying Lotus es la pesadilla de los obsesionados por la cultura pop, es la necesidad de conexiones inimaginables. Flying Lotus fue la manera perfecta de cerrar el primer día de Lollapalooza.
First Aid Kit covereando a Black Sabbath.
First Aid Kit es la banda en la que uno va acompañado, usualmente, de mujeres. Esto obviamente no es el caso siempre, pero es un pop muy orientado al público femenino, de eso no hay duda. Es por eso que a los primeros segundos de distorsión en una guitarra acústica, y cuando comenzó a distinguirse la brutal letra de "War Pigs" en delicadas voces australianas, algo estaba saliendo obviamente distinto. Tras revisar setlists anteriores, era evidente que esto no fue una ocasión única, pero para los no aptos en la materia, fue una agradable aunque muy sorpresiva situación.
Las libélulas y su (inesperada) presencia.
Leí muchas páginas sobre tips de Lollapalooza. Planea tus horarios, lleva bloqueador solar, cuidado con la lluvia, diviértete, cuidado con las drogas, etcétera. Nadie dijo nada sobre las libélulas. Aparentemente, no sucede siempre y más de una persona en reddit exclamó su impresión ante el suceso. Era un genial detalle que, mientras First Aid Kit tocaba algunas de sus canciones más delicadas, mientras Tame Impala lo dejaba todo en el escenario, o mienras Django Django nos ponía a todos a bailar, unas bellas libélulas rodeaban el cielo con singular presencia, como siguiendo una coreografía sólo conocida por estos insectos. Ninguna guía decía nada sobre las libélulas, pero sí deberían. Dato curioso: las libélulas estaban ahí porque se comían a los mosquitos. Todos amamos su presencia.
Paul McCartney y sus fuegos artificiales.
Uno de los headliners más cómodos para Lollapalooza. ¿A quién le iba a disgustar? ¿Quién se molestaría con su presencia? Definitivamente Lollapalooza lo eligió porque era la opción más fácil. Pero esto no quiere decir que su desempeño haya sido mediocre, si bien sus presentaciones son casi siempre lo mismo, el factor emotivo no faltó y absolutamente todos terminaron cantando más de una. Novedades y clásicos convivían en perfecta armonía con los asistentes del escenario Samsung Galaxy (el más grande), donde —hacia el final— una fiesta de fuegos artificiales hizo que más de uno soltara lágrimas. Definitivamente, el mercado de la nostalgia debe ser uno de los más redituables en la industria del entretenimiento. Y hablando de nostalgia…
Brand New demostró que siguen siendo adolescentes. Y eso no está (tan) mal.
Una de las bandas más populares de emo se presentó ante un numeroso público el sábado por la tarde. Entre furia, distorsión y gritos, la banda neoyorkina entonó una serie de himnos adolescentes sobre el odio a los amigos, a las exnovias, a los padres y hasta a uno mismo, sólo que el tiempo pasa y estos “adolescentes” tienen ahora casi 40 años. A pesar de que la voz de Jesse Lacey ya no es la misma, y de que ahora los problemas que presentan esas letras sean más una nimiedad, es innegable el poder que tuvo recordar todas las canciones y versos. Como si uno volviera a secundaria a hacerse sufrir porque es divertido. Tal vez lo fue. Al menos en Lollapalooza parecía que sufrir así tenía su faceta jovial.
Gogol Bordello sigue haciendo explotar el escenario
Yo creía que Gogol Bordello ya cansaban, que su fórmula ya estaba agotada, que ya había llegado la hora de retirarse. No podía estar más equivocado. Este grupo de gitanos psicópatas hizo parecer a su desorden mental un virus: de repente dejaron de preocuparnos los dolores del cuerpo de días anteriores, lo más importante era empujar al de junto, ser empujado por el de junto, aventar la cerveza de desconocidos, beber la cerveza de desconocidos y otras cosas que uno no haría en estado cuerdo. Podremos ya haberlos visto en más de una ocasión, pero seguirán dejando de qué hablar durante mucho tiempo.
DJ Snake personificando los conceptos de Millenial y #YOLOSWAG
Cuando uno se acerca al escenario Perry’s, poco a poco surgen patrones: la edad promedio comienza a bajar, el polvo comienza a elevarse (así como los shorts femeninos), la gente cada vez lleva menos ropa y una serie personas muy atolondradas lo rodean a uno, están intoxicados de alguna sustancia. La juventud Millenial adicta al YOLO se reúne en el Perry’s para ver actos de EDM y electrónica derivada. DJ Snake ofreció lo necesario para una intensa sesión de twerkeo y valemadrismo, mashupeando a MØ con Oasis o mezclando a Fatboy Slim con Simian. Por suerte, sólo una sesión de millenialismo fue suficiente para quedar satisfecho todo el fin de semana. No será el mejor concierto ni público, pero parte de la experiencia Lollapalooza exige, mínimo, ver un set de este escenario.
Calurosa evacuación (y el calor en general)
Se nos dijo y se nos advirtió: tengan cuidado con el calor. Pero no importa cuánto lo tengas, cuánto se prepare uno o qué tan hidratado esté, entre toda la gente que lo rodea, estar bajo el sol ocho horas y gastar energía corriendo/gritando/brincando (o las tres al mismo tiempo), jamás podrá estar haciendo suficiente aire fresco. Todos los días se sintió un intenso calor, pero nunca como el día de la evacuación por lluvia. El domingo, por cuestiones de seguridad climática, Grant Park tuvo que ser evacuado un par de horas, se aproximaba una tormenta eléctrica. Una vez terminada, los asistentes en masa se dirigieron a las puertas. Craso error reingresar en ese momento. Reentrar a Grant Park era pasar por un sauna, rodeado de energía humana y sudor ajeno. El calor es apabullante y húmedo, la combinación perfecta para que sólo haya un remedio que provoque el breve olvido: música en vivo. Eso no quita el calor, no nos limpia de todo el sudor y polvo, pero vaya que divierte y vaya que se olvida uno del resto.
Tame Impala y su kraut-psycho-pop
Tame Impala fue lo mejor que se presentó a Lollapalooza. Así de fácil. Entre psicodelia, krautrock, pop, noise y hasta juegos internos con los fans, este quinteto australiano no paró de sorprender: pantalla con visuales coloridos y saturados, un volumen que oscilaba en el umbral de lo increíble y lo doloroso, un atardecer no muy caluroso ni muy frío, la situación no podía ser más adecuada para una presentación excelsa y llena de energía positiva. Asimismo, la ejecución de canciones fue perfecta, con jams extendidos y arreglos inesperados a las composiciones (“Elephant”, que en disco dura 3:30 minutos, duró aproximadamente 7). Tame Impala demostró que su más reciente disco es una de las experiencias auditivas más espléndidas del año.