De profesiones solitarias y desiertos donde confluyen tradiciones
A morir a los desiertos
Por: Naomi Ferrari
Situado en la zona lagunera, el documental de Marta Ferrer, recorre los tiempos y espacios de los últimos cantantes de cardenche, música típica del norte de México que a través de sus letras se revelan historias de amor, tragedias y profundos sentimientos, interpretadas a capela por voces que varían de tonalidad.
“La cantada a veces hace olvidarme de algunas cosas.”
Ganador del premio a “Mejor Documental” de la trigésima edición del Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse, el discurso presentado se basa en la paulatina desaparición del canto tradicional, siendo considerado por los viejos una forma catártica de exponer los pensamientos acumulados en la largas jornadas laborales en la pizca de algodón, principal actividad agrícola en dicha zona.
De manera muy atinada y sutil se contrastan dos realidades con metáforas visuales. La primera donde, gracias a lo paisajes rurales, las anécdotas de los personajes, y las piezas cantadas, se percibe una cierta quietud. Mientras que en la segunda, de manera muy breve, vemos algunas imágenes de jóvenes absortos en sus celulares, escuchando música rap que proviene de una bocina; escenarios urbanos con multitudes y la producción en masa de la industria textil. Lo anterior mezclado con una serie de sonidos que en suma nos hacen reflexionar acerca de la pérdida del conocimiento proveniente del campo, de la conservación de aquellas tradiciones que crean un país más rico por su genuidad.
Colette
Por: Ana Fer Torres
Colette es el más reciente trabajo del director Wash Westmoreland. Como su título lo sugiere, la cinta cuenta la historia de la escritora francesa Sidonie-Gabrielle Colette, quien pasó de ser prácticamente la escritora fantasma de su esposo, Henry “Willy” Gautier-Villars, hasta una de las más reconocidas escritoras de todo su país.
En la entretenida biopic protagonizada por Keira Knightley, se muestran las distintas etapas de la vida de la autora desde sus orígenes en la provincia francesa y hasta todas las actividades en las que incursiona en su intento de construir a su propia persona cuando se da cuenta que quiere empezar a recibir el crédito por lo que escribe. Sin embargo, son algunas de estas actividades las que contribuyeron a que su matrimonio fallara, aunque esas mismas permitieron que Colette alcanzara el más alto reconocimiento dentro de la literatura del siglo XX.
A pesar de ser una película de época, trata temas como la liberación de la mujer y las relaciones de poder en una forma muy actual y relevante. Definitivamente vale la pena ver esta historia en la pantalla grande para conocer más profundamente a la autora de textos como Claudine à Paris y Gigi en una manera divertida y empoderada.
La Camarista
Por: Jose Garrido
Un oficio que no espera respuesta al tocar la puerta. El nuevo largometraje de Lila Avilés, La Camarista, retrata la soledad de un trabajo que no conoce de justificaciones; la vida de aquellas personas que deben de dejar a un lado a sus familias por ofrecer una noche de estancia. Difuminando a cada cuadro la línea que propone dividir los estratos sociales a los cuales se encuentran condenados sus personajes, la película encuentra un balance perfecto de la mano de Gabriela Cartol y Teresa Sánchez.
La idea nació a partir de la obra fotográfica de la artista francesa Sophie Calle, quién en su serie titulada “The Hotel, Room 47” fue contratada como camarista de un hotel en Venecia. Durante tres semanas se encargó de limpiar y retratar los objetos personales de todos los huéspedes y recrear sus historias a partir de los objetos que existían o faltaban. Se trata de pequeños pedazos de historia que proponían desenterrar las vidas a un ojo entrenado.
“No buscaba retratar malos malísimos ni buenos buenísimos. Sólo humanos”.
Lila Avilés.
Avilés, con la serie fotográfica en mente, escribió una obra de teatro y más adelante llegó el largometraje. Convivió con los empleados de manera cercana y fue precisamente su formación actoral la que le permitió dejar una brecha amplia frente a la improvisación dentro de su film para las actrices.
Con una mirada vouyerista, Avilés retrata el día a día de Eve y los pormenores que implican ejercer la profesión. Ésta búsqueda permite que los elementos creen una amalgama de temporalidades que retratan la esencia del mexicano y del ser humano. Cada habitación y cada puerta cuentan una historia totalmente diferente. La necesidad de la protagonista por estar en casa y la imposibilidad de entregar su trabajo a la perfección hacen de La Camarista un caramelo envenenado en pantalla; se trata de la entrañable carisma de su protagonista aunada su contexto y realidad social. El ser humano se conoce a través de relatos y, en esta ocasión, a través de los matices de la profesión más solitaria.
“Hay todo ese universo que me conmueve muchísimo”.
Lila Avilés
Así, la búsqueda insaciable y necesidad del ser humano por tocar puertas y encontrar al otro lado una respuesta se deshecha. Es el oficio que no espera una respuesta para continuar. El silencioso aliado que permite la felicidad y que únicamente puede dilucidarse en amenidades. En historias invisibles. En aire.
Bayoneta
Por: Ricardo Marin
Las películas sobre deportes suelen tener un eje de superación y emotividad bastante evidente. Kyzza Terrazas tiene esto muy claro, pero también lo lleva un poquito más allá en su más reciente largometraje, Bayoneta. Ésta es una cinta de boxeo donde sólo hay una pelea y resulta ser bastante anticlimática. Bayoneta en realidad se compete más con la vida de su protagonista, Miguel (un increíble e irreconocible Luis Gerardo Méndez).
Por estas razones la película tal vez sea un poco lenta, donde no sucede mucho pero la sensación de incertidumbre, duda y culpa se encuentra ahí de formas muy evidentes. Bayoneta es una película muy sensible, lo importante es el arco narrativo de Miguel, quien busca una suerte de redención después de un acciedente en el ring.
Bayoneta podrá ser un poco diferente a lo que nos tiene acostumbrado Terrazas, pero sigue teniendo ahí hilos temáticos y compartidos, como la necesidad de caminar en el límite de los géneros y de no enfocarse de lleno en las cosas feas o bonitas, simplemente deja estos elementos al libre comportamiento.