3 años sin avances en la desaparición de Bryan en Nayarit; “Por COVID-19, no los buscan”: Virginia Garay

3 años sin avances en la desaparición de Bryan en Nayarit; “Por COVID-19, no los buscan”: Virginia Garay

Byan Eduardo fue desaparecido a los 19 años de edad, en la capital de Nayarit. Foto: Cortesía Virginia Garay Cázares

Byan Eduardo fue desaparecido a los 19 años de edad, en la capital de Nayarit. Foto: Cortesía Virginia Garay Cázares

Las labores de búsqueda y procesos de investigación de personas desaparecidas se encuentran en el peor momento. La COVID-19 no sólo nos ha obligado a estar en casa —a los más afortunados— sino que ha paralizado estos trabajos. Para Virginia Garay Cazares, quien busca a su hijo Bryan Eduardo desde hace tres años, 2020 fue un año de mucha frustración en que la Fiscalía de Nayarit no tuvo avance alguno en la investigación para dar con su paradero.

El 6 de febrero de 2018, Bryan Eduardo Arias Garay de 19 años salió a trabajar en un puesto de hamburguesas a sólo tres cuadras de su casa en Tepic, Nayarit. Nunca llegó ni regresó. Su abuela María Trinidad lo recuerda como un joven alegre, trabajador y cariñoso con su familia. Este sábado se cumplen tres años de su desaparición y las autoridades siguen sin dar respuestas. 

Su madre refiere que durante 2020 solo tuvo una pequeña reunión a distancia con las autoridades a fin de año, en la que no le reportaron avance alguno. La última cita presencial fue en noviembre del año previo. 

Todo el año pasado no hubo nada con esta pandemia... no hubo una llamada con revisión de carpetas. Si no podemos estar personalmente, por lo menos de manera virtual… todo el 2020 no hubo nada, sólo en diciembre si hubo una reunión”, señala Virginia Garay, fundadora e integrante del colectivo “Guerreras en búsqueda de nuestros tesoros”, en entrevista a Ibero 90.9.

El Ministerio Público se quiso excusar de no tener avances “por las fechas”, en una videoconferencia que se cortaba y sólo el funcionario hablaba rápidamente, refiere Virginia. “Sólo me dijo lo que yo ya sabía desde hace tiempo”.

Virginia Garay Cazares, se ha convertido en una activista por la búsqueda de los desaparecidos en Nayarit. Foto: Cortesía Virginia Garay Cázares

Virginia Garay Cazares, se ha convertido en una activista por la búsqueda de los desaparecidos en Nayarit. Foto: Cortesía Virginia Garay Cázares

Pero no sólo la falta de comunicación ha sido el obstáculo con el que se ha enfrentado Virginia en la búsqueda de su hijo, sino con una terrible burocracia que ignora los mandamientos del protocolo de búsqueda para personas desaparecidas que señala que las primeras 48 horas son fundamentales para encontrar con vida a una persona. 

Desde que denunció, Garay pidió que se revisará y rastreará el registro de llamadas y mensajes del celular de su Bryan, pero la fiscalía tardó 7 meses en solicitarlo y para entonces el juez a cargo, lo negó por falta de pruebas. Logró que se hiciera casi dos años después de la desaparición.

Tampoco han citado a declarar a los sospechosos y las pruebas de ADN para ingresar a Bryan en la base de datos del del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas no han sido debidamente tomadas. 

Pero Virginia Garay no ha dejado de buscarlo. Y por ello, después de tocar todas las puertas, preguntar en su trabajo, en otros puestos, con sus amigos y ante las autoridades, decidió crear la asociación civil “Guerreras en búsqueda de nuestros tesoros”, pues se encontró con más familias que buscaban a personas en Nayarit. Actualmente la integran 32 familias que buscan a 34 desaparecidos. María Trinidad de 76 años, abuela de Bryan y mamá de Virginia, es una de las acompañantes más activas en la asociación.

Ha encontrado personas desaparecidas con su grupo. Yo le he acompañado a entregar cuerpos y a donde ella (Virginia) va… Al SEMEFO, a las fosas… para que sienta un apoyo de mi parte”, cuenta María Trinidad.

María Trinidad, abuela de Bryan, acompañante del colectivo “Guerreras en búsqueda de nuestros tesoros”. Foto: Cortesía Virginia Garay Cázares

María Trinidad, abuela de Bryan, acompañante del colectivo “Guerreras en búsqueda de nuestros tesoros”. Foto: Cortesía Virginia Garay Cázares

Dedicarse a la búsqueda de un desaparecido es un trabajo de tiempo completo. Quien se aboca a ello abandona trabajo y agrava las dificultades económicas de la familia, pero también ven deteriorada su salud. Virginia sufre graves trastornos del sueño.

Para la abuela de Bryan es preocupante la situación en que ve a su hija. “Si me mortifica, pues se ha enfermado física y mentalmente; porque ella no asimila su pérdida y de todas maneras intenta ayudar a todo el grupo que tiene a cargo”.

Ante la burocracia, tramitología, simulación en el avance de los casos, nula comunicación de las autoridades y negativa de acceso a las carpetas de investigación, el único camino que les queda a las familias de desaparecidos es la organización colectiva para ayudarse, no sólo con los trámites engorrosos de poner la denuncia sino para realizar búsquedas en vida y en fosas clandestinas, ante el olvido de las autoridades.

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