La sensualidad electrizante de Rhye
Foto por Pedro Assam
En su presentación en vivo en el Frontón México, Rhye dio todo lo que se esperaba de ellos. El conjunto liderado por el canadiense Mike Milosh, tomó el escenario en el Frontón México a las 10:25, y con el primer tema, “3 days", en una versión distinta a la del álbum, en este caso, un arreglo con un sensual sonido a r&b, aderezado por las andróginas y obsesionantes vocales de Milosh, y los instrumentos de cuerda: un violín y un cello. Fue una presentación digna de la celebración del lanzamiento de su segundo álbum el día de hoy, Blood, el primero en cinco años, y sin Robin Hannibal. La base de su música es el r&b, y sus letras a menudo mencionan aspectos positivos del amor.
Sonaron temas como “The Fall”, melodía que, juzgando por la reacción del público, fue un favorito indiscutible. Entre el repertorio musical también figuraron canciones como “Last Dance”, aunque cabe destacar que ésta última sonó menos intensa que en la versión de estudio, definitivamente menos electrónica, pero sin perder su esencia. Milosh se mostró agradecido con el público, expresándole ovaciones y prometiéndole música nueva, lo cual cumplió interpretando, por ejemplo, el tema “Count to Five”.
Ser testigo de una presentación en vivo de Rhye, es disfrutar de una experiencia intensa, con creatividad y pasión musical por parte de los integrantes del grupo, con muestras de virtuosismo. Detalles como Milosh, quien de hecho es cellista, tocando el teclado de vez en cuando, o acompañando a la banda con una tarola en los puentes, o el violinista haciendo pizzicato al ritmo del funk , o la cellista tocando instrumentos de viento. Estos detalles muestran amor a la música, más allá del multinstrumentalismo evidente.
La ambientación fue uno de los elementos más importantes del concierto, y la iluminación cambiaba con la canción. El escenario estaba bañado en luces tenue, por lo general de tonos azules, rosas, lilas, rojo o naranja. Mientras los temas más melancólicos y tranquilos solían tener una iluminación azulada, los temas más agitados se pintaban de naranja. En el fondo del escenario, además de la tipografía con el nombre de la banda, se podían ver luces con formas que se asemejaban a flores, con pétalos cambiando de color, aunque también simulaba en algunos momentos follaje.
El ambiente osciló entre una sensualidad romántica, a más intenso y alegre, en algunos de los temas que suenan más a funk es difícil suprimir las ganas de bailar, y por lo menos se menea la cabeza con el ritmo. Esto se vio reflejado en el público, ya que durante gran parte del concierto observaban solemnemente, como en en profunda introspección. Sin embargo, una canción lo cambió todo, en el tema “Taste”, el público de las gradas se levantó de sus asientos a bailar. Rhye deja muy claro que se presenta a tocar música con el alma, y que son, más que nada, excelentes músicos, lo cual se hace evidente en su manejo de distintos géneros como el r&b, el funk, el pop, y el jazz, que aparecen en forma de amalgama en su trabajo.