A 20 años de 'Aquamosh': rudeza, ritmo y diversión
Hace 20 años, MTV Latinoamérica era la cadena de videos favorita de cualquier amante del rock, y a diferencia del canal norteamericano original, nuestra versión tropicalizada tenía el beneficio de contener una alta dosis de bandas con las que podíamos identificarnos: el rock ya no era algo aspiracional, era un realidad que habíamos hecho nuestra.
Actos como Molotov, Mano Negra, Los Aterciopelados, Café Tacuba, y por supuesto nuestros amados Plastilina Mosh, encontraron un espacio digno y propio, gracias al cual, a la par que conquistaban nuestros corazones y nuestros oídos, tuvieron acceso a un mercado más amplio.
De entrada, debemos hacernos conscientes que en esa época no había Youtube, y MTV (Music Television) era la principal fuente de videoclips populares, actividad en la que jugó un papel fundamental como líder de opinión, no solo en cuestión musical, sino en los aspectos de estética visual y tendencias de moda.
Dentro de la novedosa y amplia oferta que encontramos en la versión latinoamericana de MTV, hubo varios actos mexicanos que se volvieron populares, aunque sus propuestas eran de lo más diverso: "Gimme the Power" y "Chilanga Banda" tenían un discurso social; "Afuera" y "Sexo Pudor y Lágrimas" jugaban con temáticas sexuales. En cambio, "Mr. P. Mosh" sobresalía porque era pura diversión. Ahora tal vez podría no percibirse igual, incluso perderse entre las miles de bandas que buscan destacar, pero en 1998 ni la canción ni el video tenían precedente.
A propósito de "Mr. P. Mosh", es una pieza a partir de la cual, podríamos hacer una reseña precisa del álbum que la contiene: Aquamosh. Su música es imposible de clasificar. Una mezcla disparatada —y fascinante― de varios géneros: pop, rock, hip hop, electrónica, mariachi…
Eso la vuelve una canción de estructura más bien experimental, y para encontrar algo similar tendríamos que buscar en las discografías de Pink Floyd, Henry Rollins, o incluso Fantômas. Que una pieza así tuviera éxito fue inusual (y se debe en gran parte al video).
De ahí despegó su carrera. Sencillos posteriores de su carrera, como "Castígame", eran más simples y pegajosos, y en cierto modo, más lógico que pegaran.
El resto del álbum se desarrolla en el mismo tono ecléctico, con distintivos pasajes de música lounge ("Ode to Mauricio Garcés"), piano jazzero ("Banano's Bar"), tornamesas ("Encendedor"), blues ("Monster Truck") o funk ("Bungaloo Punta Cometa"). Un surtido en el que, con cada vuelta, podremos encontrar cosas nuevas, salvo del aburrimiento.
De regreso al video de "Mr. P. Mosh", su ética y estética también proponen un profundo tema de conversación: ¿quién es el míster del título? Mr. P. Mosh es una especie de gangsta/vividor populachero. En vez de ser un magnate con una mansión en Malibú, quizás era un señor tipo Mauricio Garcés que tenía una casa con alberca en Cuautla, pero sabía hacer fiestas. Cuando acabas de ver el video no tienes ni idea de qué se trató, pero te anima y te queda la sensación inequívoca de que Mr. P. Mosh es el tipo más cool que puede existir.
Al poner más atención, descubrimos que en realidad es un macho mujeriego, desgraciado, con pocos o nulos escrúpulos. Un mexicano abusivo. ¿Qué otros personajes habitan en Aquamosh? El dueño del ritmo Afroman. El pocho peligroso Niño Bomba por supuesto, Mauricio Garcés… personajes políticamente incorrectos, pero irresistibles y representativos de nuestra sociedad: decadentes, pero populares.
Este álbum no fue una moda pasajera. Sigue sonando en las fiestas de los adolescentes. Y por eso le hacemos un homenaje que podrás escuchar este sábado 18 de agosto en Vintage, a las 17:00 hrs.
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