Ama tu ritmo y ritma tus accionesbajo su ley, así como tus versos; eres un universo de universos y tu alma una fuente de canciones.
"Ama tu ritmo", Rubén Darío
"Profeta", visionario y artesano de la palabra, con tales palabras podemos definir someramente a uno de los grandes maestros de la literatura universal, nos referimos a Félix Rubén García Sarmiento, mundialmente conocido como Rubén Darío, ilustre hombre de letras que vio los primeros rayos del sol el 18 de enero de 1867 en el municipio de Metapa (actualmente Ciudad Darío), Nicaragua.
A 150 años de su nacimiento su legado perdura y sus versos se riegan como flores en millones de aulas alrededor del mundo hispanoparlante, a veces más de manera forzada, sosa y repetitiva que con entusiasmo. Sin embargo, el mundo literario ya no es el mismo (todo fluye, todo pasa y a veces evoluciona), la literatura es un ente vivo que modifica sus bases de acuerdo con la sociedad en donde se desarrolla. En la era de la interconectividad, los versos de Darío parecen estar relegados al ostracismo y al dominio de una minoría de especialistas.
¿Cuál es la influencia de Darío en la poesía actual?
El poeta, cuentista, cronista, periodista y diplomático oriundo de Metapa, fue decisivo en la modificación del panorama poético en los albores del siglo XX: primero con la publicación del libro de cuentos y poemas Azul (1888) y, posteriormente, en 1905 con la aparición de Cantos de vida y esperanza, los cisnes y otros poemas (edición que Darío costeó con sus propios medios) cimbró el mundo literario, rompió la hegemonía tiránica del anquilosado lenguaje lírico del siglo XIX. Rubén, dio a luz al Modernismo y puso en el mapa literario occidental, con todo su esplendor, a la lengua española.
Ferviente seguidor de los simbolistas franceses (especialmente de Verlaine), hombre de claroscuros: defensor a ultranza de las independencias latinoamericanas, azote y comparza de las aristocracias, alcohólico empedernido y rapsoda privilegiado.
Hoy en día, la figura del poeta ya no es tan influyente como solía serlo, atrás quedaron los días en donde el escritor formaba parte de la agenda pública (nacional e internacionalmente). Irónicamente, el quehacer lírico se encuentra en una etapa de ebullición, millones de seres humanos se sienten tocados por las musas y escriben "poesía", sin ningún bagaje teórico, mucho menos literario. Proliferan Blogs, Tumblrs y demás sitios que ofertan poesía a diestra y siniestra, el mundo millenial se define así mismo como un mundo donde abunda la creatividad y la "todología". ¿Cuántas de estás personas se habrán acercado a la poesía de Rubén Darío?, más fácil: ¿sabrán quién fue el autor nicaragüense y su influencia en la república de las letras?
El beneficio de la duda se diluye como las gotas de lluvia. Le preguntamos a una serie de escritoras/es, editores y poetas sobre la influencia de Darío en la escena poética actual. Estás son sus respuestas:
Desde la perspectiva de la poeta, cabeza de la editorial Verso Destierro y promotora cultural, Adriana Tafoya:
La perspectiva de una poesía “fresca” en lo actual, al celebrar este 150 aniversario de Rubén Darío, nos da certeza de lo perdurable, pese a las “modas” en la poesía disfrazadas de “vanguardia”.
Azul, para los poetas de mi generación sigue dando misterio y placer. La elegancia y la buena hechura de sus versos sigue siendo fuente de inspiración en nosotros.
Esto respecto a los versos de poetas millennials, en comparativa con la monumental obra de antaño, no refiriéndome solamente a la poesía de Darío sino también a extraordinarios bardos como Leopoldo Lugones, Julio Herrera y Reissig, Juan Ramón Jiménez , Antonio Machado o Enrique Gonzáles Martínez, por mencionar algunos que tuvieron su influencia; dejan mucho que desear, pues en general esta generación antes de tener una educación basada en los clásicos y en la reflexión, se ha dejado dominar por el flujo cibernético, creyendo así, ingenuamente que le darán un giro revitalizador a la poesía, y no así al escarnio.
¿Cuáles son las inclinaciones actuales de los jóvenes aspirantes a poetas? Es notorio que su meta principal es el escalonamiento y, más que el reconocimiento a su trabajo, buscan los mecanismos del poder para lograrlo, están muy interesados en obtener éstos a toda costa. Muchos de ellos, creen que no necesitan saber realmente de poesía y opinan que no hay nada que puedan aprender a sus antecesores ni maestros. Vienen con la arrogancia de la juventud, creyendo que pueden cambiar las políticas del arte por cambiarlas, caminan con apuestas avejentadas que desean ardientemente poner en práctica, cuando echando un vistazo crítico a la historia, sabemos los resultados.
Aún así, confío que con la experiencia que da el tiempo, de esta generación surjan algunos muy buenos poetas.
Por su parte, para el joven poeta, y postulante a doctor en teoría literaria, Jorge Leroux:
De principio, y visto de un modo general, no encuentro relación alguna entre la poética de Rubén Darío y la poesía de nuestros días. Pensemos que Darío se relacionó apasionadamente con tres aspectos que revolucionaron la poesía de su momento: la métrica, el vocabulario y la creación de un mundo estético y mitológico. Nada de eso encuentro en la poesía contemporánea. El modernismo de Darío fue ante todo una concepción rítmica de la poesía y de la vida (“ama tu ritmo y ritma tus acciones”, decía). La poética de nuestros días, me parece, se aleja de la música para acercarse a la imagen. Ahora se habla de poesía visual, poesía pictográfica, y alcanza el extremo (aberrante para algunos) de inventar una poética donde no hay una sola palabra y en su lugar aparecen “emojis”. Que no exista visiblemente una influencia de Darío en la poesía de nuestros días, no significa que Darío esté sepultado. Volveremos algún día a la pasión con que Darío trató el lenguaje poético.
“Los poetas”, dice Francisco Umbral, “siempre están hablando mal los unos de los otros”. A la luz de la Internet, una suerte de aparador que transparenta conversaciones y polémicas por igual, estas palabras son acertadas dado que la práctica que describen se encuentra vigente hoy día. A veces a los poetas que están presentes en los medios electrónicos se les conoce, más que por su obra publicada, por las tensiones que sostienen a ojos vistas, a través de indirectas o bien cara a cara. No hay nada de malo en eso: con el tiempo las desavenencias literarias —y, ¿por qué no?, las extraliterarias— abonan al arte, lo nutren o le insuflan un hálito de vida. Los hombres creativos, siempre ávidos de aplauso, admiración y trascendencia, suelen tener una gran herida en el corazón o en el orgullo. No sólo hay, pues, amistades literarias (un tópico que la crítica ha tratado con frecuencia), sino enemistades provechosas. Ejemplo claro es la "enemistad" que sostuvieron Rubén Darío y los escritores españoles integrantes de la Generación del 98.
La grandeza de Darío estriba en que, a diferencia de sus contemporáneos transatlánticos, quienes entonces exploraban el famoso Ser de España, una visión muy restringida de la realidad, él echó mano de todos los recursos de la tradición poética universal. Reinventó el soneto y, desde la perspectiva que ofrece la historia, sus poemas son una pasarela de reyes, princesas, animales exóticos, parajes lejanos y épocas remotas.
En este sentido, Darío, como Borges lo haría en la narrativa medio siglo más tarde, tuvo la virtud de unir, en la poesía, al mundo clásico con el moderno, al Oriente con el Occidente. Gracias a sus méritos, y a la visión con la que trazó el camino de la literatura finisecular, reubicándola y redirigiéndola, Darío se ganó el afecto de sus enemigos de antaño, que incluso lo empezaron a ver como una suerte de profeta, fruto de un milagro o de una magia mesoamericana.
Me parece que Rubén Darío es y será una figura importante para la poesía latinoamericana, pues él representa una de las puertas por donde el pensamiento romántico (con toda la carga filosófica de éste, que es de lo más significativo del movimiento) toca tierras americanas e impregna la sensibilidad de nuestros poetas. Sin embargo, no me atrevería a decir que exista una influencia clara, si es que la hay, en los poetas actuales. Creo que vivimos un tiempo en la poesía donde si existe un toque o nexo con el pasado es más con las vanguardias históricas que con nuestro periodo modernista. En cuanto a forma, creo nula tal influencia. En cuanto a poética, debemos saber que la fuerza pura que alimentó al movimiento romántico sigue vigente en un mundo como este: pues el romanticismo fue uno de los primeros golpes frontales en contra del racionalismo científico brutal y su instrumentación económica-capital. Por tal motivo, al igual que Octavio Paz eleva al surrealismo a una categoría humana y no estética en la década de los 50s del siglo XX; creo que aún por nuestras venas -en mayor o menor medida- el espíritu romántico empuja buena parte de la creación poética mexicana, aunque no se distinga o no contenga exactamente el rostro de Rubén Darío.
Desde el punto de vista de la poeta Ethel Krauze, narradora, dramaturga y presentadora de televisión, Rubén Darió es un portento de las letras:
El idioma español nace con Alfonso "El Sabio" en el siglo XIII. Crece con Garcilaso de la Vega, Góngora y Quevedo en los Siglos de Oro, XVI y XVII. Madura con Sor Juana en América virreinal, y se independiza con Rubén Darío a la entrada del siglo XX.El sueño de Darío era pintar el color de un sonido, haciendo de la poesía un recinto de Hispanoamérica como sello de una nueva identidad.
Darío se sentaba a la mesa sólo con los grandes: sus lecturas invitadas eran Dante, Shakespeare, Cervantes, Goethe. Nacido Félix Rubén García Sarmiento, creó su propio nombre de poeta como una melodía, y le regaló al mundo el modernismo, primer movimiento literario surgido de "este lado" del océano.
Yo me crié con sus versos que siguen refrescando el jardín de la casa donde habita mi alma.
Para finalizar, podríamos llegar a situar a la figura de Darío como un referente, piedra angular de la poesía Iberoamericana, si bien, es cierto que su influencia en las nuevas generaciones es mínima, su sombra se extiende (involuntaria e inconscientemente) y arropa a los diversos y variopintos poetas de nuestro tiempo.
El desaparecido poeta Max Rojas (1940-2015) reflexionaba así sobre la poesía contemporánea, cortesía de los archivos audiovisuales de Gustavo Alatorre:
El gravísimo problema que hay, para la poesía de hoy, es que ante la falta de asideros en el mundo real se está utilizando a la poesía como lo que antes era el diario para las jóvenes quinceañeras. El lugar en el que volcabas todo lo que no le podías decir ni a tus papás ni a nadie. Y ahora la poesía se está convirtiendo en ese diario, entonces, se está produciendo una enorme cantidad de “poesía”, lo pongo entre comillas –alguna buena– que no es poesía. Es un diario espléndido, sociológico; un documento sociológico para que en el 2300, si hay sobrevivientes, escriban la historia de un mundo que estaba por venirse abajo.
La literatura, específicamente la poesía, hoy en día es un campo fértil para la experimentación de toda índole: desde los denostados poemojis, pasando por la experimentación visual y sonora. Por mencionar algunos ejemplos de poetas que rompen el canon y buscan nuevos senderos para el desahogo lírico, destacan: la poética visual y sonora de Rocío Cerón, el proyecto de poesía en voz alta mezclado con hip hop que enarbola Hierofantes, y, finalmente, Frino Ab, poeta que se encarga de rescatar las coplas populares y otras formas de folclor literario en conjunto con la agrupación La mula de sietes.
https://www.youtube.com/watch?v=j9nPobnSu-I