Yuliana Ortiz: Una literatura atravesada por el goce y el movimiento

Yuliana Ortiz: Una literatura atravesada por el goce y el movimiento

Fotografía: Dirk Skiba

En el marco de la tercera edición del Festival Benengeli, la Semana Internacional de las Letras en Español organizada por el Instituto Cervantes, Eduardo Limón y Veka Duncan conversaron en Inspiria con Yuliana Ortiz, una de los 60 autores provenientes de 17 países hispanohablantes que reunió el festival acontecido en ocho ciudades distribuidas en cinco continentes.

Yuliana Ortiz es una poeta, novelista y narradora ecuatoriana. Su primera novela Fiebre de Carnaval, publicada a finales del 2022, obtuvo el IESS Primo Romanzo Latinoamericano en Italia, si bien su presencia en antologías poéticas, su participación en foros, ferias y concursos internacionales así como la publicación de sus poemarios Sovoz (2016), Canciones desde el fin del mundo (2018) y Cuaderno del imposible regreso a Pangea (2021) la habían ya posicionado dentro de la escena literaria.

Puesto que el festival toma su nombre de “Cide Hamete Benengeli”, un personaje ficticio que aparece en El Quijote, la cuestión sobre la relevancia de Cervantes hoy en día fue el punto de partida para la conversación. La escritora compartió su visión de El Quijote como un libro de viaje, la relevancia de ciertas figuras femeninas dentro de él y cómo es que hay ciertos componentes que podrían vincularse con su propio quehacer narrativo, recurriendo al potencial de lo cotidiano y de lo que puede ocasionarnos gracia.

Conversaron también sobre la importancia del disfrute en la literatura, en la escritura y en la lectura:

“El goce es lo que me hace ir hacia adentro. Cuando pienso en una lectura que me atraviesa y que transforma mi vida o mi cuerpo, se me hace muy difícil pensarla desde un lugar que no sea el Eros, dijo la autora”

El entusiasmo, aunque se da poco en la rigurosidad de los espacios literarios más académicos, cobra una dimensión muy importante para la escritora, pues tiene el potencial de inquietarnos, de invitarnos a romper los límites y de buscar otras rutas:

“Yo pienso que la literatura también indisciplina. Pienso, por ejemplo, en la posibilidad de la gente que empieza a escribir poesía o a leer poesía y empieza a tener como un cambio físico, como otras intenciones a la hora de atravesar el espacio público. Pienso en estas lecturas que te hacen dar ganas de bailar o de ir a un lugar”, relató la escritora.

Ortiz compartió también su interés por los ritmos y las poéticas en América Latina, incluyendo la música popular, la salsa, el son, el rap y la fiesta, elementos atravesados a su vez por el goce y que ella no busca separar de su labor.

Al discutir sobre el papel de la épica dentro de la literatura latinoamericana, Ortiz reparó en el papel del rap y de los poetas urbanos al contar historias sobre la cotidianidad y las transformaciones que sufren las urbes, sobre todo vinculados a un espacio de marginalidad:

"Para mí la música, la poesía, la literatura… No las quiero separar, sé claramente que cuando uno estudia literatura, esas cosas tienen una separación y una distancia. No me interesa separarme demasiado de estas productos culturales. Me parece más bien eso de ver como contaminar mi práctica literaria del rap, de la música, de la fiesta. Yo pienso que la fiesta también es espacio de conocimiento, yo he aprendido mucho en espacios festivos,” contó Ortiz.

Escucha la conversación completa en el siguiente enlace.

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