Algunos podrían quedar molestos con el primer vistazo al World Peace Is None Of Your Business. Morrissey aparece desentendido del mundo con un perro y una motocicleta inservible. El título lastima a cualquier hippie, vegano, humasexual y soñador afiliado a la deidad del maestro de Manchester.
Steven Patrick Morrissey abre literalmente sus heridas por décima ocasión en su faceta como solista, bajo el deseo necio de que en este trabajo no se le vuelva a recordar absolutamente nada que tenga que ver con The Smiths pues, según él, nadie en el mundo quiere una reunión de esta “irrelevante” banda.
Morrissey es un sujeto que se ha atrevido a relatar historias desgarradoras sobre sufrimiento, sin miedo a ser juzgado por la forma en la que lo comparte. Canciones como “Neal Cassady Drops Dead” hacen que Steven Patrick se apropie de una historia y la haga suya y, a pesar de hablar de un icono de la generación beat, lo trae a un plano en el que lo hace sentir actual. Cuenta la historia de Cassady y Allen Ginsberg, y pide respuestas ante una relación entre dos hombres que dividían intereses y amor.
La primer melodía del álbum, la que justamente nombra a éste, enmarca el llamado sarcástico de Moz a la gente para que siga pagando impuestos sin cuestionar al gobierno y para que la policía siga disparando y arrojando sus teasers sin control rematando cada estrofa con un “Oh, you poor little fool- oh, you fool”. Por otro lado la portada del disco denota una sutil metáfora a esta frase, que bien podrían ser la palabras de Moz mientras el canino lo observa sin tener noción alguna de los padecimientos del ser humano.
Morrissey nunca ha tenido miedo en hablar acerca de su desprecio por los roles de género tradicionales, y vuelve a traer el tema a la mesa con el potencial himno “I’m Not a Man”. Agoniza ante estereotipos masculinos agresivos y sudorosos casanovas que pretenden dominar al mundo con su testosterona, mientras que remarca que no hay vergüenza en desenvolverse con actitudes comúnmente atribuidas a las mujeres. “I’m Not a Man” es la canción de auto-reconocimiento al primer tercio del musical imaginario basado en la vida de este hombre que, con conocimiento de causa, ha convertido su vida en un icónico personaje cinematográfico de la melancolía en un desenlace trágico: un esperado/necesario suicidio que nunca llega.
Una canción en este disco de Morrissey no es una historia con principio, desarrollo y final, sino un snapshot tomado en medio de una historia que no acaba cuando termina de sonar la última nota. Este es el caso de canciones como “I'm Not a Man” y “Scandinavia”, en las que la teatralidad vocal y la proeza poética de Moz levantan escenarios que se vierten a lo visceral y a una dolorosa profundidad.
Este álbum es la mano que tiende Morrissey a su interlocutor, para llevarlo por un camino que lo haga entender que no hay más abajo, que juntos han llegado a la peor cara de la humanidad. A través de canciones como “Earth Is the Loneliest Planet”, él se entristece al mostrarnos que el fondo está todavía más oscuro y desesperanzador de lo que parecía. Morrissey se desnuda en cada disco, dando cátedra de lo que es el sufrimiento y la tristeza, y también la esperanza y los destellos de amor y felicidad que se sienten tan esporádicos como en la vida real. De esos pequeños momentos, Steven hace grandes canciones que a veces borran por completo la mortalidad de las situaciones que suele contar. Un sujeto en el escenario abre su camisa y expone su corazón a cualquier saeta que quiera atravesar a un hombre que sabe a sus 55 años lo que de verdad es vivir a flor de piel. He ahí “Kiss Me a Lot”, una canción que podría ser de las más trascendentes en este trabajo de 18 canciones y que agradará a los seguidores latinos con la frase “Bésame mucho, bésame” de fondo en el coro.
La frustración y la impotencia ante situaciones como las corridas de toros, la soledad o el deseo impuesto por tradiciones sin sentido que obligan a una mujer a casarse, son temáticas que Morrissey ha decidido tomar para seguir hablando del mundo que lo acoge pero no merece.
Otro de los valores agregados a la salida de este nuevo material es el hecho de que es el primer trabajo de Morrissey después de su esperada y exitosa biografía y, a pesar de que es un ente ajeno, ha llamado la atención después de conocer a este ídolo de sangre irlandesa amante del fútbol y de la Virgen de Guadalupe.
World Peace Is None of Your Business es un clavo más en la extensa trayectoria de Morrissey, para algunos es el más interesante y sólido de sus últimas producciones Ringleader of the Tormentors (2006) y Years of Refusal (2009), incluso algunos conteos lo colocan en segundo lugar después del Vauxhall And I (1994), considerado el mejor álbum del considerado pionero del indie. Este trabajo tiene una perfección que estrecha la relación con sus seguidores con algunos tintes latinos y otros muy ingleses en los arreglos musicales. La longitud de este material habla de un alejamiento con las nuevas generaciones y amantes de EPs. Tomando en cuenta lo denso de las melodías, es un álbum al que se le dedica tiempo a solas, lo cual seguramente agradecerán los amantes de Moz, ya que es bien sabido que el verdadero fan de Steven Patrick nace, no se hace, y mucho menos con un disco como éste.