Working Men's Club: asistir a The Haçienda en 2020
"Atrapado dentro de una ciudad dentro de mi mente, atascado sin ideas, me estoy quedando sin tiempo."
A más de medio año atrapados en una pandemia, es probable que varios ya hayan perdido la cabeza ante la imposibilidad de asistir a un evento masivo, llámese concierto, partido deportivo o noche de antro. Ahora imaginen vivir en Todmorden, un pueblo mercantil "pequeño" (de unas quince mil personas) que solo cuenta con cinco pubs y que está a unos 30 kilómetros de la vida social y las oportunidades que un distrito metropolitano como Manchester puede ofrecer; así ha sido la vida de Sydney Minsky-Sargeant desde que nació en el 2002, quien, como su coterráneo Keith Emerson hace décadas, busca romper con aquello que le fue dado y trascender hacia algo más.
A pesar de su aparente joven edad, Sydney ya ha puesto oídos en cuanta música ha podido y llegó al punto de querer crear algo propio, con lo cual pudiera ser reconocido. En enero de 2019, Melodic Records lanzó "Bad Blood", el primer sencillo de una nueva banda llamada Working Men's Club. Con guitarras como insignia, la canción remite al sonido de Gang of Four, Joy Division y aquellos primeros Foals de 2008, un claro tema de post punk revival que automáticamente ubicó a la banda junto al cuarteto sensación de Dublín, Fontaines DC, como los nuevos sonidos emergentes del Reino Unido. Pero Sydney no quería eso, ser "uno más del montón", y como título del libro de Simon Reynolds "Rompió todo y volvió a empezar"... O algo así.
Se desanimó de aquel tema debut, se deshizo de la banda, la reformó con miembros de Drenge y Moonlandingz y para julio del mismo 2019, el tema "Teeth" mostró el nuevo rostro de Working Men's Club, que era dominado por sintetizadores caóticos y excéntricos como los que New Order utilizó a finales de los ochenta en temas como "Bizarre Love Triangle" o "All the Way", pero que al mismo tiempo remite a DFA Records, principal referencia de la explosión que el dance-punk tuvo en los dosmiles. Toda la transformación sonora de guitarras temperamentales a sintetizadores y cajas de ritmo cautivantes que a Bernard Sumner y Peter Hook les tomó casi una década; Sydney y WMC lo consiguieron en menos de medio año, algo remarcable.
Y justo esas cajas de ritmo se hicieron presentes en "A.A.A.A.", el siguiente adelanto que pudimos conocer del debut de WMC. Un tema que aprovecha al máximo los sintetizadores para crear una base rítmica con tintes industriales, digna del denominado EBM, y que es mérito del productor Ross Orton, quien es reconocido por haber trabajado con los Arctic Monkeys en el ya icónico tema "Do I Wanna Know?", así como con M.I.A. y Jarvis Cocker. Y para acabar de cuajar la idea general del álbum, basta con escuchar el último sencillo y tema abridor del álbum "Valley". Este es un himno rave, no cabe duda de ello, algo que Graham Massey pudo haber compuesto hace más de treinta años y que sonaría una y otra vez en The Haçienda, pero que al mismo tiempo posee una estructura progresiva similar a un tema de James Murphy, mientras la voz de Sydney canta sobre sus deseos de salir de su pueblo natal, de tener algo más y que inevitablemente se convierte en un sentir colectivo para prácticamente todo el que escuche la letra mientras no deja de bailar.
Las guitarras no fueron acalladas del todo y aparecen en temas como "Cook a Coffee", mismo que hubiera hecho sonreír al legendario Mark E. Smith mientras se escucha como el joven vocalista se va de lleno contra el periodista político británico Andrew Neil al decir "Enciende el radio, prepara un café, sintoniza la BBC y mírame defecar", todo esto orquestado por un ritmo motorik.
Una vez que la longeva "Angel" finaliza, el debut de Working Men's Club deja una sensación de satisfacción personal, de liberación, como si se regresara de un viaje por toda una serie de lugares para bailar. Sydney Minsky-Sargeant lo ha logrado, y con este álbum trasciende las fronteras de su natal Todmorden, aunque ahora se enfrenta a un mayor problema: trascender a todas sus influencias y poder crear algo innovador.