En 2009, la empresa Minera Real Bonanza S.A. de C.V anunció la iniciativa de estudiar el suelo de la zona wixárica en los estados de San Luis Potosí, Jalisco, Zacatecas y Durango, con el motivo de la construcción de una mina. Esta zona ubicada en la parte sureste del desierto de Chihuahua (más específicamente en el Cerro del Quemado en Real de Catorce, San Luis Potosí) es el principal lugar sagrado para la comunidad huichola ya que, según sus tradiciones, fue en donde se llevó a cabo la creación del mundo después de que saliera por primera vez el sol. Año con año, los huicholes realizan una larga peregrinación a pie de 400 kilómetros para llegar a su recinto sagrado. Desde que la empresa minera emitió tal iniciativa, los conflictos entre los habitantes de la región y los empresarios mineros se han desatado. Tres años después, ante una batalla aún en disputa, llega el Wirikuta Fest con el motivo de apoyar y proponer un diálogo abierto en pos de la defensa de estas tierras sagradas para las comunidades huicholas. A raíz de la disputa por el territorio, se creó el Frente en Defensa de Wirikuta, el cual desde 2009 ha alzado la voz en busca de ayuda y apoyo para evitar que estos recintos sagrados se pierdan. Figuras mediáticas como Rubén Albarrán (Café Tacvba), Roco Pachukote (Maldita Vecindad), Ely Guerra, entre otros, se han unido a este frente para brindar apoyo a la causa. Videos, comunicados y canciones han aportado sus granos de arena para concientizar sobre el caso. Para impulsar esta ayuda, las figuras mediáticas, junto a grandes organizadores de eventos como Ticketmaster y Ocesa, han creado el Wirikuta Fest, un concierto que reunirá a varios artistas de renombre y que donarán todos los ingresos a dicho frente para que continúen con su lucha por la zona wixárica. Este festival tiene un trasfondo que va más allá del evento en sí; lo que el Wirikuta Fest busca crear es una conciencia social cuya implicación de fondo, es que lo sagrado no es algo con lo que se pueda negociar. De cómo nuestro país está repleto de una riqueza cultural y religiosa, tal y como lo es la comunidad huichola; algo que nos pertenece como país y el cual podemos compartir con las culturas originales que lo han sacralizado; sin embargo no es un espacio que nos “pertenece” y que se pueda explotar: menos aún si es por una empresa minera, ajena a la nación.
Por otro lado, más allá del conflicto existente en aquella región, el festival llega en un momento complicado y crítico ante el marco de unas elecciones en donde los jóvenes han decidido salir a las calles a protestar en la llamada #PrimaveraMexicana. El Wirikuta Fest es otro ejemplo de cómo las nuevas generaciones poco a poco tratan de dejar atrás ese pasado en donde los altos mandatarios decidían qué se hacía sin posibilidad de réplica. Ante una crítica social hacia los jóvenes (la llamada “generación Zoé”), acerca de su indiferencia e intervención en temas de relevancia política, el Wirikuta Fest no sólo es muestra de un despertar, sino que integra y anima a que los jóvenes se informen y participen en temas y asuntos de importancia en la vida sociocultural cotidiana de nuestro país, tal y como lo es el caso de Wirikuta.
Al cierre de esta columna, se ha anunciado que la minera canadiense ha retirado la inversión en la zona. Sin embargo, la de Wirikuta, no sería el único ecosistema/lugar sagrado a preservar: la batalla continúa. Mientras tanto, el Wirikuta Fest, ahora con aparentes aires victoriosos, se llevará a cabo el sábado 26 de mayo en el Foro Sol en donde se presentarán artistas de gran convocatoria como Café Tacvba, Caifanes, Enrique Bunbury, Calle 13, Julieta Venegas, Sonidero Meztizo, entre muchos otros.