Wildlife: el debut de Paul Dano en el Festival de Cine de Los Cabos
Cada que una estrella de Hollywood decide dejar su papel como intérprete y ponerse detrás de la cámara, enfrentándose a su ópera prima como realizador, suelen surgir un montón de preguntas: ¿Todos los actores y actrices deberían dirigir? ¿El oficio de cineasta es algo para solo unos cuantos? ¿Es algo que deseaban secretamente desde los inicios de su carrera?
Lejos de intentar responder todas esas interrogantes, ni de tratar de explicar los complejos mecanismos de la fama que rodean a las figuras del mainstream, el debut como realizador del actor norteamericano Paul Dano es un excelente pretexto para hablar de todo lo bueno que puede aprenderse en un set, esto cuando se ha colaborado con directores de excelencia.
Dueño de una envidiable carrera como intérprete que lo ha llevado a ponerse a las órdenes de pesos pesados de la talla de Paul Thomas Anderson, Paolo Sorrentino, Bong Joon-Ho, Ang Lee, entre otros, Dano ha construido una sólida trayectoria, lo mismo del lado de la industria como del cine independiente, seleccionando atinadamente sus papeles. Hoy, esa importante experiencia de más de treinta largometrajes para un actor de tan solo 34 años se ve capitalizada en Wildlife, una inteligente y solvente ópera prima colmada de atributos.
Contada desde el punto de vista de Joe, un adolescente tímido interpretado por Ed Oxenbould, que llega con sus padres a un pequeño pueblo de Montana a mediados de los años cincuenta, la cinta tiene como principal virtud un trabajo actoral espléndido. Ahí es donde podemos ver la mano de Dano, mientras guía a una Cary Mulligan deslumbrante como una ama de casa que pierde gradualmente el control, ante la ausencia de su conformista y perdedor marido, un Jake Gyllenhaall contenido y discreto.
Así, poniendo a los personajes al centro del relato, y sustentando su narrativa en una puesta en cámara sobria apoyada en la fotografía del mexicano Diego García, Dano consigue momentos memorables y demuestra una pericia que confirman que hay en él un autor que vale la pena considerar a futuro.
Más allá de si es buena idea que los actores dirijan ojalá que el responsable de Wildlife vuelva a hacerlo. Es evidente que hay en él talento de sobra y tiene mucho que decir.