Viviremos a encontrarnos: Larga vida al Vive Latino
A través de los años, el Vive Latino nos ha dado algunos de los momentos musicales más gratos que hemos experimentado en la Ciudad de México. Una enorme cantidad de artistas y talentos han pasado por los escenarios de un evento que marcó la pauta desde sus inicios sobre cómo llevar a cabo un festival masivo, y que fue influencia e inspiración importante para otros eventos que vinieron después.
A lo largo de sus 21 ediciones, todo tipo de música ha sonado en el evento, para gusto y disgusto de muchos. Cómo olvidar cuando en 2007, Residente y Visitante de Calle 13 sufrieron por el maltrato del público, aunque después volverían en dos ocasiones más. Por ejemplo, en 2018, Residente daría un show espectacular, acompañado de Thomas Pridgen de The Mars Volta en la batería. También recordemos el escándalo que fue para algunos la participación de Laura León (“La Tesorito”) y Cristian Castro en 2014. Los más puristas se desgarraban las vestiduras por esta decisión de los organizadores. En 2003, Natalia Lafourcade también sufrió abuso de la audiencia y tuvo que dejar el escenario por tantos objetos que le arrojaron.
Las participaciones de Los Ángeles Azules, en 2013, y de Los Tigres del Norte, en 2014, fueron mejor recibidas, ante un público que poco a poco entendía que el disfrutar la música es una práctica de respeto y de tener una mente abierta. Y eso es algo muy valioso del Vive Latino. Más allá de la agendas y necesidades comerciales, de las cuales es inevitable ser parte al generar un evento de esta magnitud, el festival se ha sabido adaptar desde hace más de 20 años a cada momento histórico, y ha demostrado que, independientemente de géneros y preferencias, es posible disfrutar de todo tipo de propuestas sonoras en un mismo venue, con un mismo espíritu.
Reinventarse es cosa seria, y por lo mismo, nada fácil. Hay diversos ejemplos en todas las ediciones que nos llevan a pensar que el festival tiene muchos más aciertos que áreas de oportunidad. ¿Cuántos gritamos estruendosamente con Cerati, Gorillaz, Nine Inch Nails, Blur, Robert Plant o Interpol? ¿Cuántos opacaron el audio de Caifanes o Café Tacvba, por momentos, con sus apasionados cánticos a todo pulmón? ¿Cuántas bandas aún no consolidadas sorprendieron a decenas de miles de personas con su talento? ¿Cuántas leyendas se han forjado en los escenarios del Vive Latino?
Los curadores del festival, año tras año, se han aventurado, se han arriesgado. Y eso es de aplaudirse. Ahora, después de mucha especulación y expectativa, llegó por fin el cartel definitivo del Vive Latino 2022, tras diversas pistas de audio que los organizadores soltaron en redes, como previos al anuncio oficial, para generar expectativa. Y estamos muy contentos por la música, por la continuidad de este evento, por la convivencia que el festival en sí genera, por las conversaciones que provoca, y porque es el evento musical iberoamericano más importante, craneado, fraguado y producido en México.
Larga vida al Vive Latino, que con la confirmación de su edición 2022, nos hace sentirnos vivos y nos deja ver que tal vez, poco a poco, podamos eventualmente dejar atrás.
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