Por Diego Rodríguez @MisledTheYouth La tendencia a creer que lo geek es cool no es necesariamente propia de esta última década, pues Weezer se adelantó hace 20 años y lo logró con su debut The Blue Album (DGC, 1994). Quizás esta sensación solo fue generada por su simple look, o sus melodías empapadas de entusiasmo, pero una cosa es segura: el cuarteto era lo suficientemente inteligente para lograr un primer disco atiborrado de éxitos inolvidables.
Riffs como el de “Say It Ain’t So” aún se quedan grabados en el inconsciente, renovando ese mismo ambiente lleno de color y groove que generó hace dos décadas. Esto sólo es el principio, pues la paleta de memorables acordes transcurren hasta el final del álbum. Se podría decir que la magia del The Blue Album tiene que ver con el estudio en donde se grabó: el famoso Electric Lady Studios, inaugurado por nada más y nada menos que Jimi Hendrix; y cuenta la leyenda que durante la producción del disco, un cierto fantasma subía el volumen de los amplificadores cuando no había nadie en el lugar.
El álbum fue producido por Ric Ocasek –líder de la banda new wave The Cars–, colaborador que, seis años después, regresó con Weezer en The Green Album (Geffen, 2001). Igualmente, otro personaje que puso su granito de arena al disco fue Karl Koch, el cual diseñó la portada basándose en una idea de Rivers Cuomo, y que a su vez, generó una cierta controversia gracias a la similitud con la imagen del Crazy Rhythms (Stiff, 1980) de la banda post-punk The Feelies.
Un sencillo que habría sonado muy diferente es “Undone (The Sweater Song)”, ya que originalmente el track contaba con más de 20 diferentes sampleos, incluyendo voces de Darth Vader, Humphrey Bogart, Charlie Brown, Gollum, entre otros. Al final fueron reemplazadas por las del ex-bajista Matt Sharp, Mykel Allan, y Karl Koch, junto con un ruido fiestero de fondo. Asimismo, el propio video de la canción fue dirigido por Spike Jonze, el cual después hizo películas como Adaptation (2002) y Where The Wild Things Are (2009). Los elementos principales fueron acertadamente un salón azul, una steadicam, y un montón de caninos. Durante el rodaje, uno de los perros le dejó un pequeño regalo al baterista Patrick Wilson en su pedalera.
El mismo Jonze terminaría dirigiendo el próximo video de Weezer: “Buddy Holly”, el cual brillantemente mezcla material de la serie estadounidense Happy Days. Es notable la comodidad de la banda en este escenario cincuentero y ciertamente podrían pasar desapercibidos si no fuera por los riffs marcados. Claro, al final Fonzie termina conquistando a las chicas con un baile excepcional.
The Blue Album no es para los que buscan un sentido filosófico de la vida, tampoco para los que gustan de letras profundas o conceptos revolucionarios. Pero es justo ahí en donde entra la genialidad del álbum, pues lo único que se necesita es un deseo de diversión y humor para entender que un disco puede ser grande con solo esos dos elementos como ingredientes principales.