Más que un requinto nítido y una letra miserablemente triste de inicio, están en primer plano unos viejos ojos azules, llenos de miedo y, junto con ellos, unas manos probablemente sudorosas que, a su vez, se sujetan a otras manos más pequeñas que las suyas.
Paul Banks vuelve a convertirse en un niño en el video de “Young Again”, de su más reciente EP, Banks. Dirigido por Sophia Peer (MTV, Pitchfork), esta ocasión el vocalista de Interpol se proyecta como alguien diminuto por dentro y fuera, en imágenes que atinadamente maquinan y revelan el sitio exacto en donde muchos se han visto alguna vez en sus vidas: bajo el dominio del miedo.
Pasillos vacíos, la mirada fija de extraños adultos quizás más desdichados que uno, aquella hoja en blanco que nunca pudo ser escrita y la misantropía de Banks en un lugar en donde no pertenece, esconden una caja que encierra promesas de un futuro mejor, mientras una mujer de labios carmesí la sostiene cual Atlas cargando al mundo entero. Quizás si ella lo toma de la mano, y él se aferra, la tierra pueda caer.