El fuego destruye para que la vida renazca desde las cenizas de la misma forma en que Julia Holter descompone para que elementos distintos generen un todo desconocido. Con un álbum titulado Loud City Song que desplomó al mundo de la crítica y que igual que la ciudad, no para de empujar al oído al borde de la locura, Holter creó una serie de cortes y visuales que entre cuerdas y metales se meten hasta los huesos para afectar profundamente a los sentidos. “Horns Surrounding Me” es una de las canciones en donde se hace más notoria esta esencia y el visual, que fue dirigido por el canadiense Angus Borosos y está basado en un concepto de Ramona Gonzalez –artista mejor conocida como Nite Jewel que igual que Julia Holter, es originaria de Los Ángeles– provoca el mismo efecto. Entre dos épocas distintas que van desde el milenio pasado con ambientes que remiten a la Rusia Imperial o a catedrales góticas, a momentos más actuales en un baño de mosaicos blancos o una calle cualquiera de Los Ángeles, “Horns Surrounding Me” es igual de críptico y adictivo que los videos pasados de Holter. El detalle es que aquí, los personajes (Julia Holter y Michael Jenkins) habitan dos dimensiones distintas plagadas de humo, ansiedad y peligro que forman una extraña unidad porque a fin de cuentas, ambos parecen buscar lo mismo: la respuesta a alguna pregunta que nunca se hace de forma explícita.
El video termina en una escena nevada en la que una flama poderosa es la pieza central y la pregunta intangible flota en el aire hasta desaparecer repentinamente; pero tiene sentido que lo haga, pues este el material más fantasmal que ha lanzado Julia Holter. De hecho, ella asegura haber sentido una fuerza sobrenatural mientras se grababa “Horns Surrounding Me” que casi la hace desvanecerse y caerse de un balcón en el teatro. Después de intentar descifrar la pregunta confusa generada por espíritus, persecuciones, una instrumentación preciosa y la quietud casi estática de Holter, el fuego acaba con todo. Tras declarar la definitiva ausencia de una respuesta con su frase final de “the answer absent”, la pantalla se vuelve negra, el telón se cierra y Julia Holter vuelve a dejar la puerta abierta hacia un guión encriptado de posibilidades infinitas.