Muy elegantes todos ellos, con un tumbao a la rude boy recién emigrado a Inglaterra, sus ojos rasgados y su pelo lacio otorgan un estilo aún más característico, sus trajes recién lavados e impecables para tocar con marcialidad gánster. La Tokyo Ska Paradise Orchestra lleva años presentándose de la misma manera, su sonido por momentos con aproximaciones a The Skatalites, y por otros tantos más a la seducción del swing de Benny Goodman, claro, ubicado en un contexto más vertiginoso.
U opinen si esto no se puede bailar como lo hace The Mask en “Hey Pachuco!”
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A todo esto llega una placa nueva de los tokiotas. Un álbum homónimo extraído de su 25th Anniversary Best Album - The Last (Cutting Edge, 2015), y cuyo valor agregado radica en la inclusión de rolas exclusivas para nuestro país, más un DVD que incluye una versión de “Cielito Lindo”, “Eres” y su aclamada “Skaravan” grabada en directo en el Pepsi Center hacia finales del año pasado.
El primer sencillo relanzado es “Skull Collector” y se puede escuchar vía streaming. Una pieza conocida que retoma elementos medulares del ska acompañada de un preludio de una magnum por ahí, metales embriagantes y una voz cruda con mínimo protagonismo.
El disco será editado a mediados de noviembre vía Casete, casi a la par de sus presentaciones en Monterrey el siete de noviembre, Guadalajara el once y cerrando el doce del mismo mes en DF al lado de Fabulosos Cadillacs, festín por demás trompetero.
UN POCO DE SKA JAPONÉS
La movida del ska japonés es de reciente incorporación a la cultura de aquel país, un caso similar al de México, pues aunque existan antecedentes, nunca se vieron como algo serio por factores varios. Por ejemplo, la conducta de la industria la cual volcaba a la mayoría de bandas al ritmo de moda.
Ambos países tienen la adopción del sonido y penetración en la cultura colectiva a partir de 1980. Si tomamos en cuenta que el boom del ska se dio 20 años antes en la isla jamaiquina, la tropicalización del ritmo lleva un par de décadas desfasado, aunque de ello no depende la calidad del sonido en cada una de estas bandas, sino todo lo contrario: la diversificación lo ha enriquecido.
Bandas como Oi-Skall Mates, Mongol800 y los propios “Skapara” (como son conocidos los TSPO por sus allegados) conforman una escena ganosa con sonidos que vivifican el Jazz como un ensamble o una exquisita big band que tira letras en japonés. La globalización en la música en ocasiones juega buenas pasadas, y esta lleva pasando varios años.
Por: David Ovando/@Ovandoous