“El nombrecito que le pusieron, y lo peor es que uno quisiera comerlo a cada rato”.
Algo así decía el comercial del helado chileno “Dankynogatongamegalosomanjarchafrafrinilofo”, que inspiró a una de las canciones que hacen que los shows de Tunacola, valgan la pena. El que dieron la noche del 26 de agosto en el Imperial, no fue la excepción.
No morimos en la pista, al contrario, la planta baja del Imperial se saturó de una atmósfera veraniega, que sólo podía refrescarse con un poco de cerveza mientras buscábamos el nirvana entre los arreglos de metales, que hacían brillar los coros de la agrupación chilena casi mexicana.
Para los corazones solitarios fue complicado tolerar “Huachita” y el cover de “Careless Whisper”, que George Michael seguro aprobaría saber que alguien tuvo la osadía de sazonar su romántica melodía con especias andinas y matices electro latinos.
Un trago de “Coco Maitai”, bebida de la que ya conocemos todos sus ingredientes en la CDMX, y por la que muchos asiduos a ella, estarían felices de tenerla a la mano lista para disfrutarse en éste y “Todos Los Veranos Del Mundo”, que en ocasiones, gusta de tener un “Tornado” antes de recibir el otoño.