Un concierto es la forma de expresión máxima de la música. Es cuando el artista demuestra de qué está hecho y por qué está sobre un escenario frente a miles de personas. Es cuando debajo de éste, se identifican los más fans, los que van por curiosidad, los que van a conocer, los que van a descubrir o redescubrir a esa banda. Hay cosas que uno tiene que vivir para contarlas, el concierto que anoche ofreció The Cure en la Ciudad de México, definitivamente es una de ellas. La última vez que pisaron nuestro país fue en 2007, ofreciendo dos conciertos en el Palacio de los Deportes, esta vez convirtieron un épico dos en uno en el Foro Sol.
La bienvenida la dieron tres bandas más: Lorelle Meets the Obsolete, Johnny Indovina y Andrea Balency, cada uno haciendo lo propio. Pero el que captaría la atención sería un temblor que lejos de generar pánico, alborotó los ánimos de un público ansioso y entregado, uno que está en peligro de extinción y que pocas veces se da cita en un mismo concierto.
Se sabía de antemano que sería un show largo, que Robert Smith decidió festejar su cumpleaños aquí y que por eso, sería una noche entrañable para él. La sensación de que éste se sentía como pez en el agua arriba del escenario se transmitió y esparció por cada rincón del recinto.
Pasando por el The Cure más oscuro, el The Cure que enamora, el The Cure festivo; el show fue un vaivén de emociones. No es mentira si les dicen que la vibra que se sintió durante todo el concierto fue realmente especial.
Las expectativas superaron cualquier otro concierto habido y por haber, al menos en los últimos años; miles de almas fueron cómplices de las notas y letras con las que la banda ha conquistado durante más de tres décadas a sus fans (y a los no tanto).
Robert nunca hizo alarde de que estaba de plácemes, ¿para qué?, no era necesario pues su música habla, como siempre lo ha hecho, por sí sola, sin embargo, los fans le cantaban en cada pausa, cuatro encores para ser exactos.
Parejas besándose al ritmo de [inserte el nombre de la canción más cursi de The Cure], rostros que irradiaban felicidad, cuerpos que se movían cadenciosamente, un bajo que apuñalaba el tímpano, una voz que se mantiene intacta a pesar de los años; así es como se vive un concierto de The Cure a estas alturas de su carrera.
Por momentos hubo quien se sentó en el suelo, no era para menos, Robert Smith y compañía seguían entregando lo mejor de su repertorio mientras que los pies traicionaban a algunos asistentes, pero el ánimo no decaía.
Algunos desistían poco a poco, los más aguerridos tomaban aire con cada primer acorde que enganchaba y seguía atrapando la atención, recordando que difícilmente se repetirá esta experiencia y que todo valía la pena.
Al final, la banda que se lleva los aplausos más sinceros, los gritos más emotivos, los sentimientos que ponen la piel de gallina y ese no sé qué que te alegra el oído es The Cure.
Algún día muchos contarán una anécdota digna de ser recordada: “The Cure toco durante más de 4 horas y yo estuve ahí”, dirán.
Setlist:
Open High The End of the World Lovesong Push In Between Days Just Like Heaven From the Edge of the Deep Green Sea Prayers for Rain Pictures of You Lullaby Sleep When I'm Dead Play for Today A Forest Bananafishbones The Walk Mint Car Friday I'm in Love Doing the Unstuck Trust Want The Hungry Ghost Wrong Number One Hundred Years End Encore:
The Kiss If Only Tonight We Could Sleep Fight Encore 2:
Plainsong The Same Deep Water as You Disintegration Encore 3:
Shake Dog Shake Cold A Strange Day The Hanging Garden Fascination Street Charlotte Sometimes Primary Encore 4:
Dressing Up The Lovecats The Caterpillar Close to Me Hot Hot Hot!!! Let's Go to Bed Why Can't I Be You? Three Imaginary Boys Fire in Cairo Boys Don't Cry 10:15 Saturday Night Killing an Arab