Casi cuarenta años han pasado desde que se formó The Police, el trío post-punk que conquistara al mundo con su fusión de rock, jazz y reggae. Ahora Sting anda en otras cosas, algo así como un tipo de world music para adultos contemporáneos. Sí, ni modo. Y aunque su última producción, The Last Ship, de 2013, tiene cosas interesantes, ciertamente está muy alejada del joven rebelde de pelos parados que le podía dedicar canciones a una muñeca inflable o a una prostituta. Entre estos dos personajes tan separados por el tiempo, se encuentra el artista que se presentó el sábado 10 de octubre en la Arena Teques: un foro acondicionado al lado del famoso lago de Tequesquitengo, el destino predilecto en el estado de Morelos para la gente con poder adquisitivo que gusta de los paseos en lancha, el esquí y las motos acuáticas.
Tal vez no es el escenario que preconcebimos para una tocada de rock ―por muy aseñorado que esté nuestro querido ex-punketo―, pero… ¿no es fascinante? En un recuento, podemos ver que la historia de los conciertos de Sting en México es muy singular: The Police tocó en 1980 en el llamado Hotel de México (ahora World Trade Center), en un inusual evento al que asistieron damas con abrigos de pieles y señores con corbata, sentados en mesas para banquete. Diez años después, en 1991, se presentó Sting solo por primera vez, en el Palacio de los Deportes, cuando los conciertos en México comenzaban a salir del oscurantismo, en un evento promovido por la efímera Dial FM, antes de que se convirtiera en Radioactivo. Por supuesto, muchos recuerdan la gira que hizo con Annie Lennox en 2004; y cuando casi nadie esperaba volver a ver a The Police, se reunieron y pasaron por el Foro Sol en 2007. Ahora, su presentación en Tequesquitengo añade excentricidad a sus visitas, y hay que reconocer que el cambio de ambiente fue digno de un estudio antropológico: en vez de los vendedores de camisetas piratas, había puestos que vendían repelente para mosquitos; el cielo no lo surcaban helicópteros para las tomas aéreas, sino audaces practicantes de vuelos en ultraligero; el público era gente bonita y bien vestida, no los fenómenos que van a ver a Radiohead o los peludos fans de System of a Down (tal vez el sábado los más feos y pandrosos éramos los acreditados de prensa, que llegamos en un camión que partió del Auditorio Nacional).
A las 20:20 hrs. salió el británico, por supuesto, bronceado y de un excelente humor (se notaba que lo atendieron bien antes de salir), además de que se conserva en gran forma… no hay más que dar crédito al yoga y la dieta macrobiótica. Durante las casi dos horas que estuvo sobre el escenario combinó de manera eficiente los éxitos de su carrera en solitario con los de su famosa banda, en un ambiente relajado y sin contratiempos, en el que se podía ver bailar hasta a los elementos de seguridad del recinto. La banda que lo acompañó en esta odisea constaba de Dominic Miller en la guitarra, David Sancious en los teclados y el célebre Vinnie Colaiuta en la batería: la misma alineación del álbum Ten Summoner's Tales, de 1993 ―uno de sus lanzamientos más exitosos―, por lo que no es de extrañar que se colaran en el setlist cinco sencillos de ese disco; uno de los cuales, "Fields of Gold", fue, en perfecto castellano: "dedicada a los desaparecidos"; claro, conocemos de sobra su activismo filantrópico. Adicionalmente, lo acompañó la corista Jo Lawry, quien tuvo su momento destacado en la interpretación de "Hounds of Winter". Otra pieza de especial mención es "Ain't No Sunshine", originalmente una colaboración con el saxofonista David Sanborn, el mismo que engalanara con su instrumento obras como Talking Book de Stevie Wonder o Young Americans, de David Bowie.
https://www.youtube.com/watch?v=KLVq0IAzh1A
Por supuesto, se trató de una velada festiva, que el bajista de enorme carisma supo animar con sus clásicos. La intención era promover el turismo del estado de Morelos, y por la buena asistencia que hubo, parece haber logrado su fin. La pregunta obligada es: ¿a quién van a traer después? ¿Van a continuar en la línea de artistas consagrados, conseguirán figuras de pop actuales, o se van a atrever a traer alguna banda independiente? Como sea, parece una acción positiva descentralizar el foco de atención de la sobrepoblada Ciudad de México, aunque la infraestructura luce aún muy lejana de la posibilidad de algún futuro festival. Bueno, por algo se empieza.
Setlist:
"If I Ever Lose My Faith in You"
"Every Little Thing She Does Is Magic"
"Englishman in New York"
"So Lonely"
"When the World is Running Down, You Make the Best of What's Still Around"
"Seven Days"
"Fields of Gold"
"Driven to Tears"
"Heavy Cloud No Rain"
"Message in a Bottle"
"Shape of My Heart"
"The Hounds of Winter"
"Wrapped around Your Finger"
"De Do Do Do De Da Da Da"
"Roxanne" / "Ain't No Sunshine"
Primer encore:
"Desert Rose"
"King of Pain"
"Every Breath You Take"
Segundo encore:
"Next to You"
"Fragile"