'Something for Everybody' - Devo

(Warner Bros., 2010) La historia suele ser injusta y Devo ha sufrido por eso. La mayoría de la gente sólo los recuerda por su sencillo “Whip It”, tema que no dejará de sonar en las estaciones de éxitos de ayer, hoy y siempre. Pero una de las bandas más geniales, innovadoras y lunáticas de finales de los setenta e inicio de los ochenta ha vuelto con un álbum que recuerda que los buenos grupos no están hechos de one hit wonders.

Después de veinte años, los oriundos de Ohio, han sorprendido al realizar un nuevo álbum que lleva el nombre de Something For Everybody, título que obedece al inconformismo global de querer aferrarse a algo. Devo no es nada envidioso y ofrece a todos un poco de su trayectoria en 12 temas repletos de esa alegría y locura que los llevó a ser considerados una banda sin precedentes, reconocida porsu eterna crítica social a base de juegos irónicos de palabras.

Para este disco, Devo no sólo sorprende con el simple hecho de sacar nuevo material, sino que para hacer más radical el momentum ha cambiado de imagen casi por completo. Los ya legendarios cubículos de energía rojos han sido cambiados a color azul, los también míticos trajes semi-espaciales amarillos fueron sustituidos por mamelucos plateados bien “modernos”. Y para terminar con el enlistado de los múltiples cambios, los encabezados por Mark Mothersbaugh han implementado unas máscaras grises estilo El Fantasma de la Ópera; quizá lo hayan hecho para ocultar las arrugadas caras que ya deben de tener después de casi cuarenta años de carrera.

Bien lo dice la primera canción y sencillo del Something for Everybody, que lleva el nombre de “Fresh”; frescos, renovados y “en onda” quiere sentirse el quinteto de Ohio. A pesar de que el disco cuenta con temas muy buenos, Devo logra causar más ternura que otra cosa. Canciones que bien podrían formar parte del vanguardista Q: Are We Not Men? A: We Are Devo! de 1978 o del genial Freedom of Choice de 1980 están incluidas en Something For Everybody. Sus orígenes y raíces son claros; es normal que si tenían veinte años de no producir un nuevo trabajo de estudio, sonaran casi igual que hace dos décadas. El que no ha dejado de trabajar es Mark Mothersbaugh, quien se ha encargado de más de cien soundtracks desde de series televisivas, como El Mundo de Beakman, hasta videojuegos como los de Crash Bandicoot. Es por eso que Devo acudió a la ayuda de nuevas y frescas mentes para la realización de esta nueva producción. Una de ellas fue la de una de las artistas más reconocidas en los últimos años: Santi White, mejor conocida como Santigold. Otro colaborador fue John King, quien ha trabajado con bandas como Garbage y Tenacious D. Finalmente el principal responsable del sonido de Something for Everybody es Greg Kurstin, integrante de The Bird & the Bee, quien se encargó de la producción y mezcla final.

Por momentos Something for Everybody hace mover la cabeza en algunas canciones como “What We Do” y el sencillo “Fresh”. En otras como “Sumthin’” o “Human Rocket” sólo refresca la memoria para recordar aquella época dorada de Devo. Por momentos puede parecer monótono y repetitivo, fórmulas sacadas del baúl de los recuerdos que son reinterpretadas para divulgarlas a las nuevas generaciones.

Uno de los padres del new wave manda el mensaje a todos que dice que la buena vibra es lo más importante. Por mucho no es el mejor álbum de Devo, pero es de resaltar que a pesar de la avanzada edad de Mark Mothersbaugh (61 años), su hermano Bob Mothersbaugh (57 años), Gerald Casale (62 años), Bob Casale (60 años) y el único joven de la banda Josh Freeze (38 años), quien toca con Devo desde 1996, no han perdido la locura y aspecto nerd que siempre los ha caracterizado. El tiempo pasa, pero Devo lo reta.

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