Festival Solo Contra Todos: La experiencia de las bandas emergentes en México
Por: Emilio Esquivel-Coyote y Daniel Pontones Monteverde
Los festivales de música emergente son una de las formas más emocionantes de conocer música nueva. Sentir la energía del under y estar codeándose con aquellas bandas que están en formación es una experiencia mágica y de mucho descubrimiento. Pocos ejemplos hay tan claros de ello como Solo Contra Todos Experience.
La gente detrás de Bandemia fueron los encargados de traer esta primera edición del festival a la vida el pasado sábado 22 de abril en el Foro Sangriento. Surgidos como un colectivo musical durante la pandemia, ahora decidieron seguir con la organización de eventos en vivo y a todo color para seguir dando difusión a bandas emergentes.
Necromorfo fue una de las primeras bandas del día y con toda la irreverencia punk que caracteriza a su frontman Yan Bili lograron prender a toda la gente que asistió desde temprano. Esta banda nació en Hermosillo, Sonora y ahora se encuentran radicados en CDMX, lo cual ha traído cambios importantes en la alineación afectando el sonido en vivo, pero siguen conservando esa esencia esquizo-psicodélica muy única.
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Después de los guitarrazos demoledores tuvimos el placer de disfrutar a Monotonía quienes nos deleitaron con su post-punk suave pero al mismo tiempo frenético que nos recordó a bandas como Sonic Youth y Parque de Cometas, trayendo un toque fresco y melodías atractivas generando un ambiente chill y bailable.
Con esto, la gente calentó motores para uno de los actos más esperados del día: El Tormento. El power trio chilango hizo vibrar las paredes del Sangriento con su noise-rock y post-rock electrizante causando múltiples slams, movimientos de cabeza y bailes frenéticos. Con un contacto íntimo con el público y una energía eufórica, resaltaron las mejores cualidades de los toquines emergentes.
Minutos después pudimos disfrutar de otro de los favoritos de la noche: Valgur. Los hermanos Valdivieso Gurrión, oriundos de Juchitán Oaxaca, emocionaron a la audiencia con canciones de su álbum Zapandú. Vibras de goth-pop, synth-pop y vaporwave hicieron estallar en baile y canto al íntimo foro, siendo un espectáculo mágico y electrónico.
Los Orange Boys directamente desde Tlalnepantla trajeron toda la actitud punketa acompañada de un género que es difícil de encasillar pero fácil de disfrutar, con su mezcla de post-punk, indie, garage rock, rock urbano, hardcore y algo de waltz, los originarios de las tierras prometidas del EDOMEX pusieron a todo el público presente a cantar en inglés y español y a bailar la ancestral danza del pogo mientras el piso del Sangriento temblaba con cada salto.
Siguiendo esta eufórica presentación, Hugo Valdivieso de Valgur regresó al escenario para presentar su proyecto en solista Palacio Infantil. Este performance estuvo lleno de experimentación, actuación y una reflexión profunda del productor oaxaqueño sobre su relación con el alcohol a lo largo de su vida.
Con esta actuación tan personal, terminó la primera edición del Solo Contra Todos Experience, un festival que estuvo lleno de eclecticismo sonoro con frenesí punk, ondas psicodélicas y mucha experimentación. Muestra la importancia de hacer este tipo de festivales y el ambiente tan mágico que se vive en los toquines emergentes.
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