Sex Education: lo que te dio pena preguntarle a tus papás
“Todos tenemos cuerpos, ¿verdad? No es nada de qué avergonzarse”
Exclama Otis (Asa Butterfield), el protagonista de la nueva serie de Netflix, Sex Education, uno de los lanzamientos más recientes de la plataforma, que pretende abordar el tema de la sexualidad desde un plano más auténtico y cercano. Es fundamental reconocer que todo el contenido que consumimos, ya sea directa o indirectamente (Instagram, porno, cine, televisión, etc.), ha influenciado nuestra percepción de la sexualidad, e incluso, nuestras propias experiencias, a través de representaciones idealizadas no siempre inofensivas.
Lo que dice Otis es verdad: todos tenemos cuerpos, penes o vaginas, pero tan siquiera nombrarlos es algo que suele intimidar e incluso, considerarse imprudente. Pajarito, pilín, pepa, chile, concha, pucha… tenemos todo un universo de posibilidades a la mano para no nombrar nuestra propia dimensión sexual. Y aquí es donde Sex Education propone explorar los distintos caminos por los que se mueve la sexualidad humana sin diluir la realidad.
La madre de Otis, Jean (interpretada por la ex agente Scully, Gillian Anderson) es terapeuta de sexo. Él se siente avergonzado por la profesión de su madre e intenta ocultarlo. Finalmente, lo asume como parte de su vida gracias a una chica que conoce llamada Maeve (Emma Mackey), quien lo convence de empezar un negocio y emplear el conocimiento que ha recolectado acerca del tema para brindar ayuda a los adolescentes de su escuela con sus problemas sexuales. Así es como comienzan estos acercamientos a las distintas experiencias que impactan la vida de los personajes en su relación con el sexo, quienes se enfrentan a situaciones que involucran masturbación, nudes, homosexualidad, hasta aborto.
“Es nuestro trabajo proporcionar estos escenarios incómodos para las personas para que puedan aliviar cualquier tipo de incomodidad que sientan mientras lo experimentan ellos mismos".
Connor Swindells
A pesar de que muchos huyen de estos temas para evitar causar controversia, Sex Education entiende la importancia de plasmarlos en la pantalla chica para que se asuman como parte de la cotidianidad de las personas.
“Pero, ¿qué quieres tú?”, Una pregunta simple, pero en el momento el personaje de Aimee, se enfrenta con ella, no sabe qué responder. Nadie le había hecho esa pregunta]. Como mujer, había aprendido que su deber es dar placer, usaba el sexo como una forma de validación ante la sociedad, dejándose a sí misma de lado. Así es como se da la tarea de conocerse y explorar su cuerpo a través de la masturbación y cae en cuenta de que, a pesar de haber tenido relaciones sexuales en varias ocasiones, nunca había tenido una experiencia de gratificación mutua. Este empoderamiento no sólo mejora su vida sexual, sino que mediante ello aprender a darse su lugar, tanto sexualmente como en su vida diaria.
La actriz que le da vida a este personaje (Aimee Lou Wood), comentó en una entrevista con Dazed que cuando compartió con sus conocidos la evolución de su personaje, reaccionaron sorprendidos, ya que la masturbación femenina normalmente se deja de lado. Mientras que el autoconocimiento de los hombres se acepta como parte de su maduración sexual, este mismo acto se condena como inmoral para las mujeres. Es poco usual mostrar este acto tanto en televisión como en cine, porque estamos acostumbrados a consumir contenido que plasma la sexualidad femenina a través de la mirada masculina únicamente para la gratificación visual de los hombres. Y en los casos que sí se exhibe, habitualmente cae en una narrativa destinada para excitar a los hombres y que no tiene nada que ver con la satisfacción de la mujer.
De igual forma, el tercer episodio, recibió elogios por representar de manera atinada y realista un aborto. Generalmente, la dramatización de este procedimiento suele llevarse demasiado lejos, plasmando un ambiente poco acertado que se rige por un código moral que coloca a las personas que deciden practicárselo en una posición de culpa. Los directores recibieron ayuda de médicos expertos en el tema para no caer en un retrato del aborto desinformado que se aleje de una vivencia genuina.
Mientras Maeve espera su turno en la clínica de aborto conoce a una mujer llamada Sarah que la consuela diciéndole: “Tengo tres hijos y me siento mucho más culpable de los que sí tuve que de los que escogí no tener”. La decisión de llevar acabo este procedimiento es personal, es un decisión difícil pero no se puede generalizar y asumir que todas las mujeres que toman esta decisión se van a arrepentir o que siempre tienen dudas. Exhibir el aborto de manera neutral es necesario para evitar la demonización del acto y que las mujeres se sientan libres de tomar esta decisión sin sentirse avergonzadas.
Lo más notable de la serie, es la variedad de situaciones a las que se enfrentan sus personajes, haciendo caer en cuenta a su público de que no existe la homogeneidad en la sexualidad. Sex Education ha generado una conversación acerca de las múltiples experiencias y diferentes matices que conforman la sexualidad humana. Al visibilizar esta diversidad, la audiencia puede sentirse identificada, así como darse cuenta de que la experiencia sexual de cada uno es una trayectoria individual y no una que se deba comparar con la de otros. Esto es importante para que el sexo y sus diversas manifestaciones dejen de ser un tabú, algo que se suele condenar, causar vergüenza o algo que se oculta hasta de uno mismo.
Si ni siquiera podemos llamar las cosas por su nombre, ¿cómo será posible encontrar espacios para desarrollar una sexualidad sana y sin estigmas? En este caso, la ficción nos ayuda a comprender mejor nuestra realidad y nombrarlo es el primer paso.