Se detuvo el balón
Las rejas de un estadio sueñan con el instante que se cuelga un cartel: “lleno”. La apoteosis. Esta última semana, sin embargo, se convierte en pesadilla cuando las puertas muestran primero un “a puerta cerrada” y finalmente la contraparte: “juego cancelado”.
La crisis del Coronavirus detuvo primero a todo aficionado y más tarde, toda competencia y balón. La crisis rebasó, y por mucho, a lo más importante de lo menos importante.
De acuerdo a un reporte del mister.info, un negocio de 40 mil millones de dólares está en riesgo por esta faceta que tiene a toda competencia al margen: Moto GP, Fórmula 1, NBA, NHL, Champions League, por mencionar los carteles más notorios.
Sin embargo, México parecía ese último oasis. Aunque a puerta cerrada, la televisión era el último resquicio. Por lo menos el ojo lejano de la cámara permitía la experiencia en vivo de un campeonato profesional. Vilo total.
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1985 y 2009, las dos memorias. América y Atlante se preparaban para la semifinal el 19 de septiembre pero el terremoto la retrasó ocho días, mientras que el brote de influenza AH1N1 sólo se quedó en susto y apenas se llegó a la puerta cerrada en la jornada 15 del Clausura. En un giro del destino con los otros dos grandes: Pumas y Chivas.
Hoy a falta del gran cotejo de la jornada entre América y Cruz Azul, la Liga MX ya confirmó que será lo último sobre balompié en el futuro inmediato y con eso, el consuelo de Galeano de un “baile sin música” cayó. Las luces del estadio se apagan: la pesadilla se hizo real. El cartel se colgó: “juegos cancelados”.
